Capítulo 29

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Las semanas fueron pasando, desde aquella noche en la que dejamos atrás los juegos y los tapujos por completo. Pusimos las cartas sobre la mesa. 

Yo soy de Atlas, de la misma forma en la que Atlas es mío. 

Nos centramos en eso, el resto lo iremos viendo sobre la marcha. Decidimos vivir el ahora, y no tanto pensando a futuro. 

En todo este tiempo me he dado cuenta de algo, que en realidad ya sabía de antes. Y es que... estoy enamorado de Atlas Hyun. 

Me percate de ello una mañana en la que me desperté y él dormía a mi lado. Todo mi cuerpo se lleno de una felicidad que no creí que sería capaz de sentir. En ese momento fue como si no necesitara nada más. Y cuando abrió sus ojos, y me susurro con voz somnolienta un "Buenos días", mi corazón comenzó a latir con fuerza de emoción y alegría. 

Aquel corazón que desde hace cuatro años que sentía ajeno, que para mi era como tener algo muerto dentro mío, me volvió a dar una señal de que aún está allí, y que todavía puede funcionar. Fue como una sacudida, que me recorrió todo el cuerpo. 

Así como le ponen nombres a los huracanes, yo le pondría a al mío "Atlas". Porque llegó así de improvisto, arrasando con todo y sacándome a rastras de dónde yo mismo me había metido, en ese lugar oscuro y solitario. Estaba perdido, y él me trajo de vuelta. 

Cada vez que estoy a su lado, es como si me volara por completo la cabeza. Carajo. Si hasta su maldito nombre me fascina. 

El Izan de hace unos meses atrás, ese que aseguraba que no era su tipo, me le río en la cara ahora mismo. Porque en este tiempo, mi unico tipo de hombre es Atlas. Nadie más. Ni aunque quisiera podría, porque todo lo que tengo en mi cabeza es a él. Se apodero de mi por completo. Y es escalofriante, pero me hace sentir tan vivo. Cómo hacía 5 años que no lo hacia. Aunque es como si todos estos sentimientos fueran nuevos, y los sintiera por primera vez. 

Sin embargo, por más que estemos en está etapa en la que todo es bonito y color de rosa, y te causa ternura hasta si se tira un pedo, seguimos siendo nosotros. Él un arrogante, dolor de trasero, que siempre dice algo para fastidiarme. Y yo que le contra ataco cada cosa que sale de su boca altanera. 

En una ocasión, peleábamos por no se bien que demonios, y me fui bien cabreado a la habitación, con él pisándome los talones. Le grite que se fuera al carajo, y le azote la puerta en la cara. A lo que me quede regulando por un momento, al igual que Atlas, quién me gritó desde el otro lado: 

"¿¡Acabas de azotarme la puerta, desgraciado!?". 

"Acabo de azotarte la puerta..." - dije, aún anodado. 

Luego de eso le abrí la puerta, ambos sorprendidos, y nos pusimos a saltar como dos idiotas, gritando y riendo, para después volver a cerrarla y terminar teniendo sexo en mi cama por primera vez. 

Ahora si que no hay un lugar en el que no haya un rastro de él. 

Seguimos con el entrenamiento, el cuál se volvió más arduo y exigente. Atlas tranquilamente podría estar a la par de Arwen, en cuanto a profesores estrictos. Lo que me hace percatarme de que al principio él estaba siendo amable y tratándome con suavidad. 

Me maravilla saber que aquello que demuestra, es tan solo un 1% de todo el poder que tiene en realidad. Se que se contiene. Y una gran parte de mi muere por verlo en su totalidad. Sin embargo de pensar en el costo que tuvo para él tener esa clase de fuerza, hace que se me revuelva el estomago. Aunque Atlas no deja de asegurarme, con una sonrisa en su rostro, que yo he sido su mayor motivación a lo largo de estos años. Y eso consigue que me de una especie de orgullo.  

Mi cuerpo cada vez se llena más de energía. Con el entrenamiento, los vicios que deje, mi nuevo vicio adquirido importado desde Corea, y la medicación que me hace efecto con mayor eficiencia dado que deje el alcohol y el cigarrillo. Me siento fortalecido. 

Como así también el clan, con el que logré esa conexión que me faltaba con ellos. Todavía siguen viendo a Astor como la cabeza, pero es algo que lo hacen inconscientemente. No los culpo, han sido cinco años en lo que yo no me he comportado como un jefe. Además de que mi hermano se lo ha ganado al respeto y la confianza. Yo apenas llevo unos meses. Aún así no me molesta, me siento más distendido y no con tanta presión como antes. Con Milo y Dexter nos la pasamos bromeando, mientras que mi hermano ha tomado el lugar del jefe responsable y recto. Que solía ser mi puesto. Comienza a gustarme este lado. 

Otra cosa que me he dado cuenta... es que Atlas se ha convertido en mi mejor amigo. 

*****

El legado de la Mafia (Mafia Marshall V)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora