Pensé que mi regreso junto a Manjiro sería grandioso, yo lo abrazaría y él se dejaría como siempre mientras le contaba los detalles de mi misión.
Pero nunca creí que sería tan grandioso, Dios me ha bendecido.
Nos ha bendecido.
Bueno, no creo que Manjiro piense lo mismo ya que se encuentra encerrado en su habitación desde hace media hora.
Y no lo culpo, yo también me hubiera muerto de vergüenza si me encuentro dándome una ducha y de repente llega una loca abriendo la puerta de golpe y viéndome como Dios me trajo al mundo.
La emoción me ganó que no me dí cuenta que estaba entrando hasta el baño, lo juro.
• • •
— ¡Manjiro estoy de vuelta! — la emoción se podía palpar por cada fibra de mi cuerpo hasta que me quedé congelada al verlo desnudo con el agua cayendo por su cuerpo y el cabello pegado al rostro, a pesar de que estaba delgado los abdominales y pectorales seguían siendo notorios al igual que sus brazos firmes, mi mirada cayó por un segundo abajo y regresé rápidamente la vista hacia arriba con el corazón latiendo rápidamente.
Ahora ya se a donde se fue su altura...
¡Dios perdóname por mis pensamientos en este momento!
Al escucharme volteó la mirada a mi dirección y luego de salir del shock me habló.
— ¡Mierda, Ume!
— ¡L-Lo siento! ¡LO SIENTO!
• • •
Salí azotando la puerta para cerrarlo y me dirigí a la sala, donde espere por más de media hora.
Realmente estaba avergonzada, mis mejillas estaban calientes.
¿Cómo voy a mirarlo ahora?
Al menos no fue tan vergonzoso como la vez que ví a Ran teniendo sexo con una desconocida en su oficina.
• • •
— Ran ya debió haber terminado con lo que le pedí — dijo Manjiro acostado en su sillón favorito de su oficina, me entraba sentada en un sillón individual escuchando atentamente. — Ume ve a traer los documentos.
Yo asentí.
— De acuerdo.
Me dirigí a la oficina de Ran que se encontraba al fondo más alejado que el de los demás.
En el camino pude ver a Sanzu junto a un Rindou malhumorado, al parecer los dos tenían que hacer algo fuera de Bonten porque estaban cargando sus armas mientras caminaban.
— Oye bruja ¿A dónde vas? — pregunta Sanzu deteniéndose junto a Rin.
— Busco a Ran por orden de Manjiro — respondí pasando por su lado.
— No creo que este sea momen-...— Sanzu le tapó la boca a Rin y sonrió burlón.
— Seguramente estará feliz de verte, adelante, nosotros nos vamos — Sanzu se llevó a rastras al menor de los Haitani que se quejaba e insultaba al pelirosa.
Okey, eso fue raro.
Yo solo los observé alejarse y seguí mi camino.
Al llegar a su puerta abrí como siempre solía hacer pero ví algo que me dejó desconcertada.
Encerio debo dejar la manía de entrar sin tocar la puerta.
En le sofá que se encontraba cerca al escritorio se encontraba Ran con una chica en su regazo, no sería tan malo si no fuera porque la chica se encontraba desnuda y Ran con la camisa desabotonada y el pantalón abierto ligeramente dónde se encontraba sentada la chica, saltando encima de él y soltando fuertes gemidos.
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STAY || Manjiro Sano
FantasyUna mujer que a permanecido al lado del criminal más temido de Tokyo por 10 años, él es lo más importante para ella, no le interesa ser usada como un escudo si eso significa que la vida de Sano Manjiro sea protegida. ¿Por qué? «Soy egoísta, trato d...