«Hanemiya Kazutora»— ¡Kazutora!
— ¿Eh?
Me exalté al escuchar la voz de Chifuyu cerca a mi oído. Me alejé rápidamente, sorprendido.
— Llevo llamándote desde hace rato ¿Que sucede contigo? — reprocha mientras le da un baño al gato blanco — pásame la toalla.
Le extendí la toalla que tenía en manos.
— Creo que estoy algo pensativo, solo es eso — respondí sonriendo apenado.
— ajá...
Me quedé viendo como Chifuyu le hablaba al gato mientras secaba su pelaje, la sonrisa que tenía al escucharlo ronronear. Sin Embargo, mis pensamientos iban más allá de ver cómo el pelinegro bañaba al gato blanco.
— ¿Sabes? No pensé que te lo quedarías — comenté casualmente.
Chifuyu volteó a verme confundido.
— ¿A qué te refieres?
— Ya sabes... Ese gato te lo trajo ella — le dije tratando de no provocar su enojo — hace más de un año... No lo diste en adopción.
La expresión de tranquilidad en su rostro cambió por una de molestia y rabia. Esto era justamente lo que tenía que evitar.
— No sé de qué hablas — responde cortante.
Su actitud hacia ella me dejaba muy culpable, la peliblanca me advirtió que eso iba a suceder pero no estaba para nada feliz de que las cosas terminaran así.
— Ume te trajo el gato en un día de lluvia — seguí hurgando, esperando cualquier reclamo de su parte.
— El gato no tiene la culpa que su salvadora haya resultado ser un demonio, no me hables más de ella — pide más que enojado — Esa mujer es una Perra.
Me exalté al escucharlo hablar así de ella, Chifuyu nunca se había dirigido de esa
manera tan grosera hacia una mujer, nunca, sabía que lo sucedido hace un año no hablaban bien de Ume, pero...— Chifuyu, no puedes expresarte así sobre ella — pedí, sabiendo de antemano lo que venía.
Él me vió sin poder creerlo.
— kazutora, no te entiendo, tu eres quien más molesto debería esta con ella pero... — trató de buscar lo que estuviera mal en mí — No muestras molestia alguna.
Me encogi de hombros y froté mi nuca algo avergonzado.
— Culpar a alguien sin comprender la situación no es correcta — Murmuré lo más bajo que podía.
Lamentablemente para mí, el pelinegro pudo escucharme a la perfección.
— Kazutora ¿Te estás escuchando? — la mueca de incredulidad que tuvo me dejó pasmado. Así que decidió remarcar lo obvio — Ume te secuestró.
Me estremecí al recordar lo ocurrido hace un año, no supe que decirle, me quedé callado con la mirada en el suelo. Solo me quedó darle la razón.
— Lo hizo
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STAY || Manjiro Sano
FantasyUna mujer que a permanecido al lado del criminal más temido de Tokyo por 10 años, él es lo más importante para ella, no le interesa ser usada como un escudo si eso significa que la vida de Sano Manjiro sea protegida. ¿Por qué? «Soy egoísta, trato d...