capítulo 22

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«En alguna parte de Japón, 1997»


— ¡¿Que esperas niña?!

La voz de la mujer volvía a causarme escalofríos, corrí hacia ella antes de que volviera a golpearme.

Llevé la chaqueta blanca que me había ordenado traer y se la extendí con una sonrisa nerviosa, me lo arrebato con brusquedad.

— Ahora fuera de mi vista.

Se colocó la chaqueta y en eso notó que la chaqueta tenía una mancha en la manga derecha, mi cuerpo se congeló al verlo y empezé a temblar, ella volteó a mi enojada señalando la mancha — ¡MIRA LO QUE LE HICISTE!

Se había manchado debido a que mis pequeñas manos estaban con pintura roja, pensé que me había lavado bien.

— Perd-Agh!

Empecé a gritar cuando la mujer sujetó mi oído y clavo las uñas hasta sacarme sangre. El dolor era demasiado para mí.

— ¡¿Que es todo este griterío?!

Mi respiración se aceleró cuando mi mayor temor entró por la puerta. Era un hombre de complexión delgada, vestía con ropa elegante y mirada molesta. La mujer soltó mi oído.

— ¡Esta idiota manchó mi costosa chaqueta! — la mujer mostró los restos de pintura roja en la manga.

El hombre volteó enojado y me dió una cachetada tirandome al suelo, solo atiné a taparme con mis manitos, temerosa.

— ¡Niña estúpida! ¡Solo me causas dolores de cabeza! — pateó mi estómago haciendo que me arrastre un metro, solté un jadeo por la falta de aire.

El dolor en la zona afectada era mucho pero daba más miedo que volviera a golpearme así que no lloré frente a él y me quedé quieta, boca abajo en el suelo aún temblando.

— Querido ¿Porque sigues teniendo a la niña? — la mujer de figura envidiable preguntó mirandome con superioridad — fácilmente podría deshacerte de ella o venderla, su apariencia no es tan mala.

El hombre suelta un bufido.

— no lo entenderías...  Tengo planes estrictos para ella al cumplir los 17 años, no te imaginas lo irritable que es mantenerla conmigo todo el tiempo pero valdrá la pena cuando el tiempo establecido se cumpla — dijo con una sonrisa maliciosa.

— ¿Porque precisamente esta mocosa? Estoy seguro que hay niñas más encantadoras en otras partes del mundo. —sus tacones resuenan con cada paso que da, me dió ligeras patadas que cada vez se volvieron más bruscas hasta lograr que me de vuelta, boca arriba — ¿Que es lo que buscabas exactamente?

— una niña con características específicas y difíciles de conseguir y ella tiene todas, así que estoy dispuesto a tolerar su presencia por unos años más — el hombre me vió de reojo — la apariencia y los ojos de esta niña fueron su perdición... ¡Bueno! Que más da, andando querida, llegaremos tarde.

Los pasos apresurados del hombre pasaron junto a mí y desaparecieron de la habitación, la mujer suspiró.

— Pero que estúpidos son los hombres multimillonarios, gastar tanto dinero en una muchacha solo por su apariencia — a paso lento desapareció de la habitación mientras murmuraba entre dientes — ¿Que se supone que hará con ella cuando llegue a la mayoría de edad?

Cuando estuve segura de que se habían ido me levanté con dificultad acercándome a la ventana observé el auto alejarse antes de que se cerrarán los portones.

Fue ahí cuando pude ponerme a llorar por el dolor, froté mi estómago mientras sollozaba. No podía hacer alboroto o vendrá la mujer que me cuida a darme golpes por "revoltosa", según ella.

STAY || Manjiro Sano Donde viven las historias. Descúbrelo ahora