Capitulo 54

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— ¡Ya le dije que no se nada!

El hombre me observa con terror, puedo sentir como su cuerpo tiembla ligeramente. Trató de soltar mi agarre de su cuello ya que estaba empezando a perder el aire.

Chasqueo la lengua con decepción. Termino lanzando al hombre a un costado, lejos de mí.

Tomé un gran bocado de aire, tratando de no perder la paciencia.

Fuí a buscar donde se supone estaría Bonten, no encontré nada más que un edificio abandonado. Busqué los posibles escondites que yo misma había trazado por cualquier posible problema o intervención que tuviéramos.

¿La mansión?

No hay nada, todo está vacío.

Lo único que me quedaba era buscar preguntado en los negocios de Bonten, pero ninguno está dispuesto a hablar, incluso si les doy una paliza.

Cómo ahora, el encargado de este club nocturno perteneciente a Sanzu está reacio a darme alguna señal de Bonten, aún habiendo hablado conmigo en alguna otra ocasión.

Y eso molesta bastante.

— Entonces así serán las cosas —  fuí nuevamente dónde el hombre y sujeté su mandíbula con fuerza, rozando su boca con el filo de la Katana que había conseguido.

— ¡¿Que mierda tratas de hacer?! — exclama asustado el hombre.

— No te muevas, voy a quitarte la lengua, no la necesitas.

Luego de unos minutos, salí de esa habitación limpiando la Katana de las manchas de sangre. No encontré respuesta alguna así que decidí buscar en otro sitio.

El tiempo corre.

¿Donde podrían estar?

— ¡Ey! ¡¿Que crees que haces aquí?!

Miré de reojo al escuchar una voz atrás de mí, en el mismo pasillo del segundo piso. Este local era enorme.

10 hombres uniformados se acercaban totalmente enojados. Me dí la vuelta completa para verlos con curiosidad.

— ¿Me hablan a mí? — pregunté con calma, aún sabiendo de que se trataba.

— ¡¿Que mierda hiciste con el supervisor?! ¡No irás a ningún lado! — gritó uno de ellos.

Interesante.

— ¿Son nuevos acaso? No recuerdo haber visto a ninguno de ustedes antes — los señalé con la Katana. No, no recordaba a ninguno.

Y solo estuve fuera pocos días.

Seguro que son los guardias del club, no estaba ligados a Bonten realmente, solo son empleados normales que son concientes para quién trabajan y son amenazados para no hablar.

Uno de ellos me apuntó con un arma, totalmente cabreado.

— ¿Ah? ¡¿De que estas hablando perra?! ¡¿Cómo te atreves ¡Agh!

Su garganta fue atravesada por la Katana que había lanzado antes de que pudiera notarlo. Intentó quitarla instintivamente cómo parte de sus reflejos pero solo aceleró la perdida de sangre, bastaron solo segundos antes de que caiga al suelo, agonizante.

Los demás se quedaron perplejos al ver a su compañero caer como una brocheta atravesada. Me acerqué y le arrebaté mi arma de su cuello y la sacudí tratando de quitar las manchas de sangre.

Miré a los demás, ellos se pusieron tensos.

— Es de mala educación insultar a una dama — señalé al hombre tirado — No sigan su ejemplo.

STAY || Manjiro Sano Donde viven las historias. Descúbrelo ahora