capítulo 42

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Suspiros involuntarios salían de mis labios mientras cerraba fuertemente los ojos con la espalda apoyada completamente en el sofá y Manjiro encima teniendo cuidado de no apoyar todo su peso en mí.

Mi blusa había sido tirado a un lado hace poco y mi brasier estaba apunto de tener el mismo destino.

Manjiro seguía repartiendo beso y lamidas por mi cuello y clavícula.

Sus manos vagaban sobre mis pechos recorriendo los bordes de mi brasier. Con una de sus manos me sujetó de la espalda para que me elevará un poco y su otra mano fuera capaz de desabrochar el cierre.

Mis pechos rebotaron ligeramente al verse liberados de la suave tela, mis sonrojados pezones se dejaron ver ante sus ojos los cuales miraban con atención y un brillo intenso.

Mis mejillas se colorearon al verme nuevamente expuesta frente a él, después de tanto tiempo.

Nuevamente sus labios cubrieron los míos, esta vez con más tranquilidad y sobretodo más sensualmente. Todo mi cuerpo se sentía caliente y ansioso, sobretodo los lugares donde sus dedos habían tocado gracias a las caricias que repartía.

Traté de alejarlo un poco para recuperar el aire, aún podía oír mis latidos acelerados,  mi instinto ansiaba continuar pero mis pulmones no podían.

— Espera — dije poniendo mis manos en su pecho para alejarlo y recuperar el aliento.

Mi respiración es agitada y tenía las manos temblorosas, realmente no era una situación a lo que estaba acostumbrada.

Traté de controlar mis nervios y actuar lo más relajada posible, más mi cuerpo no podía mentir. Sentia un ligero temblor recorrer mis piernas.

Miedo o emocion, no sé de que se trata pero de lo que si estaba segura era que estaba sumamente nerviosa. Por más que trataba de actuar acordé a la situación y tomarlo con calma y normalidad sentía que el aire se me escapaba de los pulmones.

Es extraño, hace tres años se sentía diferente, lo recordaba, estaba vez era diferente a lo ocurrido en el bar con Ran.

— ¿Estás incómoda?

El murmuró de Manjiro llegó a mis oídos y no supe que responder, seguramente pensó que lo detenía por eso.

Negué rápidamente, sin embargo él frunció el ceño inseguro y se alejó de mí. Estuve apunto de protestar hasta que me levantó en brazos y se dirigió hacia el segundo piso.

Al llegar a su habitación me dejó con cuidado en su cama.

— ¿Que es lo que haces? — preguntó alzando una ceja al ver cómo mi mano derecha tapaba parte de mi cadera con insistencia.

— ¿Eh? Solo estoy tapando está horrible cicatriz. — quité la mano solo para mostrarle la marca que había dejado el accidente provocado.

— Tonterías.

— no es una tonteria... ¿Que vas a hacer? — sin previo aviso se inclinó sobre mi abdomen y besó suavemente mi cicatriz — Ah...

— no tiene nada de malo, no es desagradable, no es molesto y mucho menos es feo...—  se acercó a mi rostro besando mi ojo lastimado antes de verme fijamente — ¿entendiste?

Asentí lentamente sin quitar mi mirada de la suya. Él sonrió ligeramente acariciando con delicadeza el contorno de mi rostro.

— Buena chica.

Abrí ligeramente mi ojo de sorpresa y luego me puse a reír suavemente tapando mi boca con ambas manos, sonrojada.

— Es la primera vez que te escucho decir algo como eso.

STAY || Manjiro Sano Donde viven las historias. Descúbrelo ahora