La mañana hizo acto de presencia, el calor se posó sobre todo el lugar y me detuve a observar el lado sentada en la orilla, moviendo mis pies debajo del agua.
Todo estaba tan tranquilo...
— ¡Mierda!¡Mi cabeza está hecha un lío!
Exepto yo.
«Que hice, que hice, que hice» repetía mi subconsciente.
Mordí mi pulgar aún con la mirada perdida, repasando en mi cabeza lo sucedido ayer una y otra vez.
Aún se sentía como si todo hubiera sido parte de mi imaginación, como si hubiera sufrido la broma más cruel hecha por mi cerebro.
¿Tal vez Sanzu tenía razón y realmente me robé sus pastillas sin ser conciente?
Ni de broma.
Lo que más temia era que algo cambiara para nosotros, obviamente para mal, al menos si eso significaba alejarnos el uno del otro.
¿Como lo voy a ver a la cara ahora?
¿Que debería hacer?
— ¿Debería huir?
— adelante, inténtalo, te reto a hacerlo.
— ¡Carajo! — me contuve para no emitir un chillido por el tremendo susto que me dió su presencia repentina. Justo a mi lado, de pie, con las manos en los bolsillos, mirando el lago — eres demaciado sigiloso, ¿Cuando llegaste?
Por más que me resistí, terminé bajando la mirada al césped sin ser capaz de verlo a los ojos.
Estoy siendo cobarde otra vez.
— olvida eso, ¿Que estas haciendo?
— disfrutando del maravilloso sol. — extendí los brazos para que el sol llegará a todo mi cuerpo — mi energía se está recargando.
— la última vez que hiciste eso durante media hora, te escuché quejarte una semana entera por las quemaduras de sol.
— no me lo recuerdes, las quemaduras de solo son realmente irritantes.
— entonces, deja de hacerlo.
— me puse bloqueador está vez.
— cómo quieras, será tu problema.
— bien dicho, jefe.
— ajá... Oye... ¿Que es lo que tanto vez en el césped?
Buena pregunta, la verdad, no puedo verte a los ojos.
— las hormigas son muy interesantes.
— hablo encerio Ume.
— yo también, mira, están muy coordinadas — señalé un punto en el suelo, frente a mí.
— mírame.
No.
— después Manjiro, podría perderme de algo importante, eso sería.... ¡Ah!, los acabas de pisar...— Manjiro solo se encogió de hombros mientras veía la incredulidad dibujada en mi rostro — bueno.. era la mejor excusa que encontré así que, ya me lo esperaba.
— Ume, dirige tus ojos hacia arriba y mírame de una puta vez.
Oh... ¿Y ese humor?
— eso es imposible.
— ¿Porque?
— dijiste: dirige "los ojos" hacia arriba... Pero solo puedo abrir uno de mis ojos ¿Vez? — señalé paseando mis dedos sobre mis mejillas mientras miraba hacia el cielo— así que no puedo mirarte con ambos, una pena.
ESTÁS LEYENDO
STAY || Manjiro Sano
FantasyUna mujer que a permanecido al lado del criminal más temido de Tokyo por 10 años, él es lo más importante para ella, no le interesa ser usada como un escudo si eso significa que la vida de Sano Manjiro sea protegida. ¿Por qué? «Soy egoísta, trato d...