capitulo 35

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— ¡Ume! ¡Más despacio! — gritó kakucho varios metros atrás mío.

Apenas llegamos a Bonten busqué un chaleco antibalas, un arma y con una de las motos me fuí a la dirección señalada.

Manjiro quiso detenerme pero no lo escuché, salí a toda prisa y kakucho fue detras de mí, kakucho le había dicho a Manjiro que se adelantaría conmigo hasta que ellos llegaran.

Ahora no me importa la velocidad a la que iba, ni tampoco la fuerte lluvia que cae.

Solo quería asegurarme que los demás estuvieran bien.

Traté de comunicarme con Ran, Rindou incluso Mochizuki y nada...

— tienen que estar bien... No hay porque preocuparse — me dije a mi misma en gran parte del camino — no es la primera vez que dejan de comunicarse, están bien.

Sin embargo, las ansias consumían mi cuerpo.

Llegué al lugar acordado y todo estaba en silencio, la bodega y sus alrededores estaban muy tranquilos, incluso más del acostumbrado.

Me bajé de la moto y corrí hacia el interior mirando todo con precaución.

No hay nada.

No podía alzar la voz, no era seguro, tampoco podía llamarlos.

Kakucho llegó a mi lado unos segundos después observando el lugar. Todo está oscuro.

Un almacén de tres pisos sería fácil de registrar.

— ¿Es aquí? — Pregunté.

— si, es este era el lugar...— aseguró caminando por los alrededores.

— está vacío.

— hay que buscar alrededor.

Decidí subir al segundo piso mientras kakucho seguia en el primero.

Todo era igual, un salón completamente vacío, más algo llama mi atención alarmantemente y decidí usar la linterna de mi teléfono.

Hay sangre en el suelo, huella de sangre, como si hubieran arrastrado cuerpos hacia afuera.

Sin embargo no hay cuerpos.

En eso, un ruido seco me alarma y saco rápidamente mi arma apuntado hacia el lugar. Era solo el viento abriendo y cerrando las ventanas.

Me relaje y seguí revisando.

Na hay nada, seguía el tercer piso.

Cuando estaba llegando escucho un quejido de dolor. Mi corazón se acelera y rápidamente subí las escaleras que faltaban.

—¿Ran? ¿Rindou? ¿Mochi? ¿Takeomi?

Una silueta estaba tirada en el suelo, en una esquina del lugar, no podía distinguir de quién se trataba pero a juzgar por los quejidos, estaba realmente herido.

Cuando me acerqué con la linterna de mi teléfono para ayudar solamente encontré un rostro desconocido.

Un hombre en traje estaba herido en el abdomen, sangrando, o mejor dicho, desangrándose.

No lo conocía, no tenía idea de quién se trataba.

—... Esos malditos...— mascullaba entre dientes y supe que estaba próximo a morir.

En solo unos parpadeos más dejó de respirar, no sabía cuánto tiempo habia permanecido aquí, sin embargo era muy tarde para hacer preguntas.

Mi vista se fijó alrededor alumbrando entre las sombras. contuve una mueca de terror al ver muchos hombres tirados entre las sombras, todos sin vida.

STAY || Manjiro Sano Donde viven las historias. Descúbrelo ahora