Capítulo 28

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—¿Lista?

— Si.

— Entonces vamos.

Ran se llevó mi maleta con toda mi ropa dentro y yo salí detrás de él hacia la sala dónde se encontraba el peliblanco.

Manjiro estaba sentado en el sofá de brazos cruzados mirando a la nada mientras esperaba que saliera. Solo podía ver su espalda ya que el sofá estaba de espaldas a la salida.

— Nos retiramos — anunció Ran.

— Que no se te olvide lo que te dije — mencionó Manjiro sin molestarse en vernos.

— Porsupuesto — respondió Ran.

Más yo me quedé callada al no saber a lo que se referían, simplemente llegaron en silencio después de hablar.

Ran salió del departamento y yo le dí un último vistazo a Manjiro quién seguia sentado sin señales de hablar.

¿Que es lo que tengo que decir?

— Nos vemos.

Que ridículo sonó eso.

—...

— Cuando me sienta mejor, volveré...

— ¿Desde cuándo?

— ¿Eh?

— ¿Desde cuándo te sientes atrapada? 

— No sé trata solo de eso...

— ¿Cuál es el problema entonces? ¿Se trata del lugar? O... ¿Se trata de mí?

—No te voy a mentir, en parte se trata de tí y en parte de mí. Hay muchas cosas que sucedieron recientemente que me revolvieron el cerebro y...y... Quiero aclarar mis ideas para poder volver a tratarte como siempre lo eh hecho. Es lo mejor ¿no crees?

— ¿Porque? ¿Me ves diferente ahora?

—No, no eres diferente en absoluto, creo que el problema viene de mí.

—...

— Quiero que las cosas vuelva a ser como antes.

Antes me quejaba de lo mal que se veía Manjiro pero ahora que las cosas están tensas solo quiero que todo vuelva a la normalidad.

—Pero por alguna razón no lo voy a lograr sin alejarme un poco.

—...

— Nos estaremos viendo, no tan seguidamente como antes pero estaremos en contacto en Bonten.

—...

— Voy a mis pensamientos y todo volverá a la normalidad pronto.

«¡Voy a quedarme a tu lado hasta el final de mis días! eso es lo que quiero porque me hace feliz»

—...Lo juro.




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— ¿Te parece bien?

— No tengo ninguna queja.

— perfecto, entonces puedes desempacar.

— Si, gracias.

La residencia de los Haitani era muy grande, no venía muy seguido por aquí pero cuando lo hacía no paraba de admirar la decoración del lugar.

No era tan diferente a la residencia donde Manjiro y yo vivimos. Sin embargo una diferencia muy notoria era la vida nocturna activa de la zona.

Roppongi, un lugar donde duermes de día y te diviertes de noche.

STAY || Manjiro Sano Donde viven las historias. Descúbrelo ahora