capitulo 34

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El hombre solo se mantenía expectante de nuestras emociones.

— si piensas matarnos al menos dinos quién te envió.

Kakucho, creo que es obvio que fue Adrik.

Algo me dice que no fue él.

¿Entonces?

— ¿de que les sirve saber? No dejaré que ninguno salga vivo de aquí.

El hombre levantó la mano mostrando el control del explosivo.

— esto es obra de Adrik ¿Verdad? Ese maldito bastardo... — Sanzu estaba nervioso mientras veía como el hombre movía la mano sacudiendo el control.

— puede ser — respondió divertido, su rostro estaba bañado en sudor y pude notar un ligero temblor en su cuerpo.

Él también tiene miedo.

— no es Adrik.

Las palabras de Manjiro me descolocan de inmediato.

— ¿entonces quien? — murmuré entre dientes.

— Adrik sigue aquí, ese bastardo ya se habría fugado si fuera una orden suya, nunca involucraria a su esposa en un acto así.

— ¿Cómo sabes que sigue aquí? — pregunta kokonoi.

— un micrófono escondido en la alfombra es suficiente para saber que sigue hablando con sus hombres en el casino — responde señalando su oído.

Ya entiendo.

Por ahora tengo que buscar una forma de librarnos de esta.

— ¿Que es lo que quieres? ¿Hay algo que podamos darte para que cambies de opinión? — le pregunté con tranquilidad.

El negó y pude notar como se enojó aún más.

— todos ustedes, son unos malditos demonios, no les importa la vida de los demás — empezó a hablar con ira — no me da miedo decirlo, ¡Son la peor escoria que este mundo puede crear! ¿Creen que pueden solucionar todo con su maldito dinero?

Este hombre está herido emocionalmente.

— entonces estás dispuesto a morir con tranquilidad sabiendo que nos vas a arrastrar contigo — afirmé sin bajar el arma.

— ¡No! Nunca tendré tranquilidad y todo es culpa suya — aprieta entre sus dedos el control haciendo que mi corazón casi se detenga — suya y la de ese hombre.

¿Hombre?¿Que hombre?

— ¿A qué hombre te refieres? — pregunta kakucho.

— ¡Cállate! ¡Todas las mafias son unas escorias!

— escúchame por favor, ¿Estás siendo chantajeado? ¿Que es lo que piden? — pregunté con suavidad — ¿Tienen a alguien de los tuyos, es por eso?

El hombre abrió los ojos y luego las lágrimas empezaron a acumularse en sus ojos.

Así que se trata de eso.

— si es así, yo misma me encargaré de resolverlo, habla conmigo ¿sí?

el hombre negó con impotencia.

— no puedes, nadie puede — las lágrimas se desparramaron — ya está muerta.

En ese momento se hundió un hueco en mi estómago.

— traté, por mi cuenta de salvarla, eso hombre la mató sin piedad, ¡me mintió! ¡Prometió que estaría a salvo si yo cumplía con todo lo que me encargaba! Llego aquí y recibo su llamada, ella murió hace horas — los sollozos se hicieron presentes — si ustedes no fueran un objetivo, mi hija seguiría viva.

STAY || Manjiro Sano Donde viven las historias. Descúbrelo ahora