capitulo 53

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— ¡Ah!  — mi cuerpo salió disparado hacia atrás cayendo bruscamente al suelo.

— Lo lamento, ¿Te di un golpe demaciado fuerte?

Negué rápidamente y me puse de pie.

— Nada de eso, vamos a continuar — pedí sonriendo. Kakucho sonrió de vuelta totalmente resignado.

Manjiro nos veía de reojo, sentado en los escombros del lugar comiendo un bocadillo. Kakucho había aceptado pelear conmigo, me sentí emocionada y algo nerviosa al principio, pero finalmente tomé valor para hacerle frente.

Ya con 24 años de edad, estaba enfrentando al hombre más fuerte de Manjiro.

A diferencia del peliblanco tuve que estar más atento a sus brazos ya que Kakucho peleaba más con los puños. Realmente era difícil bloquear sus golpes.

Traté de recordar todo lo que había aprendido del peliblanco.

En un momento de despiste por parte del peliazul lo sujeté por debajo de los brazos enredando sus piernas con mi pie y con mucha fuerza finalmente pude botarlo de espaldas directo al suelo.

Soltó un quejido al sentir el impacto. Rápidamente me incorporé jadeando de cansancio.

Esperé a que Kakucho se pusiera de pie, pero eso no ocurrió, el se rió ligeramente mientras seguía tendido en el suelo.

— ¿Gané? — murmuré sorprendida, Kakucho solo me miró con una sonrisa cansada — Oh... ¡Gané!

Me emocioné levantando los brazos entre risas. Kakucho se incorporó lentamente mientras aplaudía pausadamente por mi victoria.

— Lo hiciste, bien por tí — kakucho felicitó.

El orgullo se expandió en mi pecho.

— ¡Manjiro! ¡Le gané a tu hombre más fuerte! ¡Felicítame! — exclamé volteando a verlo.

Él peliblanco solo se me quedó mirando mientras masticaba su alimento favorito. La sonrisa gigante que tenía en el rostro no lo hizo cambiar de expresión.

Nos quedamos mirandonos fijamente, yo esperaba ansiosa alguna palabra de su parte. En cambio él sacudió la mano indicando que fuera hacia él.

Feliz me acerqué a su lado quedando frente a él.

— ¿Que sucede? — pregunté.

Palmeo con la mano el lugar a su lado, esperando que me siente ahí. Comprendiendo me senté a la espera de cualquier movimiento de su parte.

Lo último que esperé fue sentir sus manos acariciar mi cabello levemente y recibir un Taiyaki de su parte.

— ¿Que es lo que haces? — cuestioné confundida mientras tomaba el Taiyaki.

— Felicitandote — responde antes de darle otra mordida a su Taiyaki.

— No soy un perro, ¿Porque me das un premio?

— ¿No lo quieres? — extendió la mano dispuesto a recuperarlo. Negué rápidamente alejándolo de él.

— No dije eso.

Me quedé viendo fijamente aún sin saber que hacer con un Taiyaki, no solía comer eso pero era un premio, supongo. En eso Kakucho me lo quitó antes de que me diera cuenta.

— Ey.

—No te confíes, que hayas ganado está vez no significa que siempre lo harás, la persona más astuta siempre se quedará con la victoria al final — menciona antes de darle una mordida

STAY || Manjiro Sano Donde viven las historias. Descúbrelo ahora