Todos se quedaron perplejos al escuchar mis palabras, sonreí aún más al ver el efecto que causé.
Me gusta ver el desconcierto en sus ojos, incluso Draken no podía creer lo que estaba sucediendo.
¿Quien lo creería de todas maneras?
— ¿Pero que estás diciendo, Ume? — kazutora cuestionó aún en shock.
— Lo que trato de decir es que dejen de molestar. No estoy para juego.
La enfermera no se había movido de mi lado, eso es bueno.
Rápidamente sujeté a la enfermera por el cuello y le apunté justo en la garganta con el bisturí que había escondido en mi espalda antes de que ellos entraran.
Sujetando el cuerpo de Sanzu me dí cuenta que tenía un bisturí escondido en el bolsillo de su chaqueta. El arma de Sanzu solo contaba con una bala y fue la que usó para quitarse la vida así que la guardé.
Es ahora cuando me doy cuenta de lo encantadores que son los instrumentos de un hospital, lo efectivos que pueden llegar a ser. La mujer dió un grito ahogado asustada por mi accionar.
— ¡No! ¡No! ¡No! — Draken quiso acercarse.
— Un paso más y le desgarro la garganta a la linda señorita — gruñí acercando peligrosamente el bisturí a la delicada piel del cuello haciendo un rasguño que empezó a sangrar.
Nada grave por el momento.
— Ume... ¿Porque? — Kazutora no podía creer lo que veía.
Fijó mi vista al de ojos dorados y mi sonrisa se incrementó.
— ¿Quieres hablar con Ume? Lamentablemente no se va a poder. Ella está aquí ahora — apunté mi sien con el dedo índice — pero se siente indispuesta, así que estoy yo en su lugar, eso sí, no dudaré en matarlos si intentan atacarme.
— ¿Que?
— Salgan ahora, es una orden.
— No me moveré de aquí — contestó Draken con seriedad.
— Oh no te preocupes, yo tengo todo el tiempo del mundo, lamentablemente ella no — el rasguño se volvió una cortada más profunda, la enfermera lloraba de dolor y miedo.
— ¡Draken retrocede! — le pidió Mitsuya que junto a Hakkai mantenían a Yuzuha a sus espaldas por cualquier peligro.
— Obedece Draken — me burlé.
— ¿Que es lo que ocurrió contigo? Hace poco estabas tan mal — mencionó Yuzuha con seriedad.
—¿Acaso la muerte de Mikey te enloqueció?
Fijo mi mirada hasta el pelinegro que había hablado. La sangre empezó a hervir en mis venas pero no lo dejé notar.
— Chifuyu no seas tonto, la muerte no puede enloquecer a alguien. Ya era así hace mucho, desde mucho tiempo atrás — le dije con diversión mientras negaba lentamente — viví en un infierno desde que nací y cuando finalmente pensé que todo estaría bien, mi familia es asesinada. Me mantuve cuerda solo por Manjiro, ahora incluso él murió. — apreté los dientes mientras mi agarre en el bisturí se ponía más firme — la única persona que podía curar mi afligido corazon y brindarme seguridad ya no está.
— Ume... — Kazutora no sabía que hacer para detenerme.
— Ya no necesito ser compasiva, ya no me interesa nada.
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STAY || Manjiro Sano
FantastikUna mujer que a permanecido al lado del criminal más temido de Tokyo por 10 años, él es lo más importante para ella, no le interesa ser usada como un escudo si eso significa que la vida de Sano Manjiro sea protegida. ¿Por qué? «Soy egoísta, trato d...