—Creo que las cosas se encuentran en orden por el momento — exclamó kokonoi mientras revisaba los últimos cargamentos de armas que acaba de ser subido a los camiones.
—¿Eso es todo por hoy? — pregunté mientras veía los grandes contenedores ser cargados a los camiones y partir del puerto.
Todo quedo en silencio, ya siendo pasada la media noche y siendo los últimos en quedarnos.
—Si, para mañana habrán llegado a sus compradores — dijo mientras se estiraba en su lugar— Pero tendremos que reubicar los puntos de entrega, no queremos que se repita lo de la anterior vez.
—Entonces hora de irnos — dije mientras veía como kokonoi suspiraba cansado.
— Tu conduces — me pide dándole toques a mi espalda.
Me quejé mirando al cielo.
—Nuestro auto está al otro lado del puerto, no entiendo porque no podemos ingresarlo hasta aquí.
— Porque este lugar es exclusivo para los camiones de carga, sería un estorbo traerlo hasta acá — me dijo señalando lo cerca que estábamos a la orilla del mar.
— Bien, bien, yo iré por él — cedí con cansancio, sin embargo, algo pasó por mi mente — Kokonoi, será mejor que vayamos juntos.
— ¿Porque? — pregunta intrigado.
—Porque no quiero dejarte solo, si tuvieras guardias cuidandote la espalda otro sería la historia.
—No los necesito, no me gusta tener a gente cuidándome las 24 horas del día — Respondió con el ceño fruncido — Es riesgoso, si, pero lo prefiero así.
— Pero han pasado tantas cosas que no quiero dejarte aquí.
—Incluso tu no llevas guardaespaldas.
— bueno, se supone que yo cumplo ese rol, pero... — recordé lo que pasó con los rusos — ya no estoy segura.
—Si, bueno, hay cosas que no se pueden evitar.
—No digas eso, incluso si tienes razón — miré al horizonte pensativa.
La risa leve del peliblanco llamó mi atención
—Parecemos nuestros consejeros mutuos, cada vez que necesitamos hablar buscamos al otro — dijo refiriéndose a las veces que hablamos sobre Inupi y yo sobre los últimos problemas que estuve teniendo.
Sonreí un poco al recordarlo.
—Tienes razón.
—Pero es porque al menos contigo no me estreso tanto como con los demás — confesó. Me reí al recordar algo.
—¿Te refieres a la vez que Sanzu se gastó una enorme cantidad de dinero en drogas y éxtasis?
—Correcto, no me lo recuerdes — dijo con una mueca de molestia, mientras busca algo en sus bolsillos.
—De acuerdo, entonces, ¿Vamos?
— Ve tu sola, no seas miedosa — se queja mientras revisa el teléfono que había sacado.
Bufé frustrada y rodando los ojos decidí ir rápido, en silencio camine mirando hacia atrás de vez en cuando, tratando de no perder de vista a Kokonoi, que seguía con su atención en el móvil.
Sentía un mal presentimiento, algo me tenía incomoda, inmediatamente me pongo alerta y me detengo, pensando seriamente en arrastrar a Kokonoi junto a mí.
—¿Qué sucede? — Exclama fuerte kokonoi para que fuera capaz de escucharlo, al ver que me había detenido.
—Hay algo que no me gusta, siento que algo no está bien — le dije de la misma manera mirando por todos lados. Incluso en dirección contraria a la de Kokonoi.
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STAY || Manjiro Sano
FantasyUna mujer que a permanecido al lado del criminal más temido de Tokyo por 10 años, él es lo más importante para ella, no le interesa ser usada como un escudo si eso significa que la vida de Sano Manjiro sea protegida. ¿Por qué? «Soy egoísta, trato d...