capitulo 51

1.6K 207 10
                                    

¿Alguna vez han sentido que su cuerpo se mueve en automático?

Es como si tu cabeza estuviera en otro lugar, como si todos tus pensamientos se sintieran borrosos, como si estuvieras dentro de un sueño. De repente despiertas, te sorprendes y asustas de no haber hecho algo mal incluso si no estabas prestando atención.

Esa sensación se volvió continua desde que llegué a Rusia. No ha pasado mucho tiempo, solo algunos días, pero siento que ha sido una eternidad.

La verdad, no sé que es lo que hago ahora, no sé que deberia hacer.

Presto atención a la tabla de picar frente a mí, un suspiro sale de mis labios cuando veo que mis dedos siguen intactos incluso con los pensamientos que me alejan de la realidad.

Analizo mi entorno actual, mi cuerpo se siente extraño, una sensación de incomodidad se acopla en mi pecho.

Un lindo departamento en la ciudad de Moscú con una vista maravillosa desde las alturas. El lugar es nuevo, un lugar perfecto para vivir, sin embargo...

«Este no es mi hogar» me repito muchas veces al día.

Esta no es mi vida.

¿Que se supone que hago aquí?

Nada, simplemente aparento tener una vida tranquila. Simplemente trato de borrar las manchas de sangre que llevo en las manos.

Manjiro.

— ¿Que es lo que estás haciendo ahora?  — murmuré volviendo a picar las verduras que faltaban.

Absurdo, mi cabeza sigue dando vueltas en su entorno. Se supone que debería estar enojada, se supone que no tendría que volver a pensar en él.

Se supone que él no merecía nada de mí. Pero sigue siendo el centro de mi vida, incluso la forma en la que me habló queda de lado al pensar en su seguridad.

¿Es así como se siente el amor? ¿O Tal vez se trate más que eso?

¿Obsesión? No lo sé.

Sonreí por la ironía de mis pensamientos. Lo amo incluso si él me odia, lo extraño incluso si él me aleja, sigo recordando incluso si él está decidido a olvidarme.

Estoy decepcionada.

No con él, no, con Manjiro no, conmigo misma. Si no fuera tan débil... si mi corazón no fuera tan débil no me inclinaría de dolor al escucharlo, no me escaparía cómo lo hice al escuchar que no me amaba.

Si tuviera un corazón de piedra las cosas hubieran cambiado, podría haberme quedado, podría haberlo confrontado a los ojos y decirle que nadie me movería de ahí, porque ese era mi lugar... Ese seguía siendo mi hogar incluso si él no me amaba.

Que tonta soy.

Una idiota.

— Ume, esa tabla de picar está apunto de quebrarse.

La mano de kakucho sujeta mi muñeca deteniendo mi acción. Lo veo de reojo antes de apartar mi mano.

— No es mi culpa que estas cosas sean tan débiles — murmuré sin ganas.

— Si no te sientes bien, déjame hacerlo en tu lugar — me pide el cuchillo.

Con un suspiro niego y sigo cortando las verduras, está vez, con más cuidado.

— Esto es lo único que puedo hacer aquí, o el dolor de cabeza acabará conmigo.

— ¿Te sigue doliendo? Eso no es saludable.

Kakucho está preocupado, lo sé, incluso yo lo estoy. Mi dolor de cabeza se ha vuelto insoportable, como una migraña que va y viene a la hora que se le da la gana.

STAY || Manjiro Sano Donde viven las historias. Descúbrelo ahora