STAY || Manjiro Sano

capitulo 61

Nunca creí volver a este lugar.

Desde el helicóptero pude ver por primera vez la zona completa, me encontraba totalmente fuera de mi misma al presenciar lo que por años fue mi prisión personal.

Una mansión tan grande en una zona totalmente apartada de la civilización, para llegar aquí tenía que atravesar un inmenso bosque.

Fué mi hogar durante 17 años. Y después de tantos tiempo, volví.

El helicóptero descendió hacia campo abierto en el patio tracero del lugar, tuve que tomar aire antes salir, las aspas del helicóptero seguían girando creando una ventisca de aire capaz de desordenar mi cabello.

Había dos filas de hombres esperando afuera, totalmente formados. Estos hombres me miraban con molestia e incredulidad en su mirada.

Acomodé el abrigo sobre mi traje y los guantes negros que llevaba antes de ingresar a la mansión. Miré de reojo a los hombres que se mantenían quietos como estatuas.

Solo me bastó con pisar la entrada para que los recuerdos empezaran a llegar a mi cabeza, tuve una sensación de náuseas y asco pero me contuve de mostrar mueca alguna.

Todo seguía tal como recordaba, todo, incluso los muebles.

— No pensé verte de nuevo.

Me giré al escuchar esa voz, a mi izquierda me encontré con una cara conocida. Sonreí maravillada al notar como me examinaba de pies a cabeza.

La esposa de Ryuma, la misma que lo abandonó hace años.

¿Porque está aquí?

Seguía tal como recordaba, una emoción inmensa recorrió mi cuerpo pero no de felicidad.

— Aceptaste mi invitación, que bueno  verte... — me detuve intentando recordar su nombre.

—No te acuerdas ni de mi nombre, ¿ Así saludas a la persona que te crío? ¿Que clase de educación has recibido estos años? — murmura encendiendo el cigarrillo sin mucho interés.

— La educación que ustedes me brindaron, si alguien falló aquí, no eh sido yo — respondí acercándome a ella — Te vez más relajada.

Nunca esperé tener una conversación así con ella, sobretodo después de todo en daño que me causó.

Ella me vió de reojo nuevamente sobretodo la cicatriz que surcaba mi ojo, una sonrisa de incredulidad se reflejó en su maquillado rostro.

— Has crecido, mucho más de lo que imaginaba — dice con diversión al notar que le llevaba por una cabeza.

— yo creo que usted se ah encogido, la última vez que la ví yo le llega hasta la cintura.

— Realmente no me sorprende, ya me esperaba que crecieras más que el promedio — contesta encogiéndose de hombros.

— ¿Porque lo dice?

— Porque tu padre era alto.

Apreté los dientes al escuchar eso, solo solté una risa de ironía.

— Es la primera vez que la escucho hablar de él.

— Créeme, se mucho más de lo que te pudieras imaginar.

— Ya no me interesa eso, mi padre murió hace tres años.

Lo sé, mientras estuve en el hospital psiquiátrico busqué más sobre mi padre, solo conseguí testimonios de lo agresivo que se volvía con el paso de los años, su depresión pudo más que él y terminó suicidándose.

No pude encontrarme con él, mi padre también sufrió a causa de estás personas y eso no voy a perdonarlo jamás.

— Nunca esperé ver a la niña desnutrida convertirse en esto.