Capítulo 26

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«Noviembre, 2007»


— ¿Esto es... ?

— Helado.

Parpadeo varias veces viendo el cono de helado frente a mi — ¿Helado? ¿Realmente es helado?

Lo observé asombrada y emocionada. Nunca había probado el helado, lo había visto en la televisión pero no pensé tener la oportunidad de comerlo.

Luego de unos meses acoplandome a la vida fuera de las paredes de una fría mansión mi curiosidad estaba al máximo y aproveché para ver la cuidad. Insistí en que Manjiro me acompañara y él lo hizo luego de pensarlo mucho.

— Tómalo — dijo ofreciendome el cono de helado con dos sabores, el rosado que podía deducir que era fresa y uno blanco que no pude distinguir.

Estábamos sentados en una banca. La tarde estaba cayendo y las luces del parque empezaban a brillar mientras que pocas personas paseaban por ahí.

Lo tomé dándole las gracias y lo probé con algo de timidez, el sabor de la fresa que estaba encima llegó rápidamente a mi paladar. Sonreí inconscientemente.

— El sabor es delicioso, fresa ¿Verdad?

Manjiro asintió comiendo un helado de fresa con chocolate. Mirándome de reojo preguntó.

— ¿Nunca probaste la fresa?

— El señor solía comprarlo porque era su fruta favorita y el único que le agrada. Un día fuí a la cocina a escondidas y agarré unos pocos— sonreí al recordar la felicidad que me dió comerlo por primera vez.

La comida que me daban ahí era insípida, a veces iba y agarraba fresas o lo que encontrara, lo cual no era mucho porque solo habían bebidas alcohólicas, jugos en caja o productos como queso, leche de almendras, todo tipo de verduras y carnes frescas crudas.

— Ya veo... — Manjiro apretó los labios mirando fijamente su helado. Yo no le tomé mucha importancia y seguí degustando, el segundo sabor.

Mis ojos se abrieron ante la sorpresa, el sabor era algo ácido pero dulce, siento que ya lo había probado.

— ¿Y este que sabor es? Me es familiar pero no sé de qué.

Manjiro observó mi cono y respondió mientras comía su helado

— Es limón.

— ¡¿Limón?! — asintió — vaya, no sabía que había de ese sabor — entré más lo probaba más le agarraba el gusto — me encanta el sabor a limón.

Fue tanto mi gusto por el sabor a limón que terminé pidiendo tres más. Manjiro solo me miraba acostumbrado a mi gran apetito.

— Vamos, tenemos que comprar más cosas para tí, no puedes quedarte con pocos cambios de ropa — Manjiro se levantó y empezó a caminar con dirección al centro comercial.

— ¡Si! — lo seguí mientras disfruta de quinto helado.

Luego de unas horas me encontraba con una bolsa en la mano mientras que Manjiro llevaba varias.

Lo volteo a ver y pregunté.

— ¿Seguro que no estas cansado? Compramos muchas cosas.

Él solo negó.

Pero a pesar de eso se dirigió al parque. Ya estaba oscuro y se veían varios puestos en el lugar.

En una de esas mi nariz captó un olor muy agradable, me detuve abruptamente y busqué el origen del delicioso olor.

A lo lejos se veía un puesto de dónde llegaba el olor.

— Ume — Manjiro llamó.

Al darme vuelta lo veo acercarse ya que se había alejado mientras me concentraba en el puesto.

STAY || Manjiro Sano Donde viven las historias. Descúbrelo ahora