Llegó el viernees, ¡Si!
¿Que? muchos problemas tuve en la semana; Juan fastidiandome como siempre, Lena y su grupo diciendo que deje a Juan tranquilo, C.sociales, tarea. Mucho, mucho estrés para mi edad. Bueno, tal vez exagero un poco, pero vamos, todos aman los viernes.Juan me dijo que algo tenia que hablar conmigo, me da miedo que pueda ser, ademas....
—¡Ximena!—grita juan sacándome de mis pensamientos.
—¡¿Que!?—grito yo. No mentía cuando dije que no soy paciente, y mucho menos con juan.
—Voy a decirle a Sofi....lo de mi padre. Ayúdame.
Wow, ¿recién ahora?.
Ya llevo unas tres semanas viviendo con él y ¿recién ahora se lo va a decir?
Aunque creo que es algo que Marie debió haberle dicho...—Pasa que...Sofi ayer me pregunto, sobre mi padre.—Ya, ya veo.
—Entiendo. ¿Y recién ahora se lo dirás?
—¡¿Acaso eres sorda!?.—dijo Juan, algo irritado cruzandose de brazos.
—¡Yo no soy...! bah, déjalo. Sigue —dije dejándolo pasar, no tenía ánimos para discutir con él.
—No te pediría ayuda a vos pero....se ve que Sofi confía mucho en ti, solo por eso.-dijo juan seguro.— Se que no es tu problema.
—Si, como sea. solo trata de saber usar tus palabras, Juan— agregue.
—Si, como digas.
El resto del día continuó con total tranquilidad. En serio, demasiada tranquilidad.
Juan estuvo algo distante y no me molestó como usualmente suele hacerlo, lo cual es mas que perfecto para mi.
Pase la tarde montando a Itzel y mi madre me ayudó a darle un baño.
También ayude con la cena -que realmente fue pelar algunas papas y cortarlas- y...no, no hice mis tareas pendientes.
Pero aún me quedaban el resto del fin de semana para hacerlas.
Al final del día tuve que practicamente ocultarme en el vestidor de mi habitación para terminar el libro que llevaba algunas semanas leyendo, para que mi madre no me regañara por quedarme hasta altas horas espiertas. Por ese motivo, realmente anhelaba dormir hasta tarde, el cansancio empeoraba mi humor.Bueno, pero es claro que pocas veces las cosas salen como quisiera.
*
—¡¿Que!?.—
Me despierto, un sábado, por un grito, a las...¡¿6:43 a.m?!
Medio -bastante- soñolienta me levanto de la cama y asomo mi cabeza fuera de la habitación para ver que había ocurrido. La puerta del cuarto de Sofía estaba ligeramente abierta, dejando algo de luz escapar de este y alumbrar sutilmente el pasillo.—No...no puede ser.—escucho a Sofi decir, con la voz quebrada a punto de llorar.
Como el cuarto de sofi queda pegado al mio, voy directo hacia ahí.
Juan estaba con la cabeza gacha parado a un costado de la cama, mientras que Sofía estaba sentada sobre esta, llorando con desesperación.—¿Qué pas...? —no pude terminar de hablar que Sofi me interrumpe en un abrazo.
—¡Xime!—dice Sofi y rompe en llanto.
Inmediatamente correspondí al abrazo. Acariciaba su cabello con delicadeza y permitía que llorara en mi hombro. No sabía que mas hacer o decir para consolarla o se sintiera un poco mejor, supongo que no es algo que realmente este en mis manos.
—Ya, ya, tranquila —después de algunos minutos la aleje ligeramente de mi y limpié con mis manos sus lágrimas—Oye, mejor ve a lavar tu cara, toma un respiro. Me quedare aquí si quieres.—agregue. Ella solo asintió con la cabeza y se dirigió al baño.
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Amor y Odio |EN EDICIÓN|
RandomAmor y odio, dos palabras muy fuertes que significan mucho, solo debes saber cuando y como usarlas. Dos sentimientos, que describen casi a la perfección la vida de todo adolescente. Y esta historia, no es la excepcion. ¿Un cliché más? Puede que si.