Juan.
—Sabes que me gustas, y se que también te gusto, así que...¿Quieres ser mi novia?.—
La chica se quedó mirandome seria, luego sonrió con burla y negó con la cabeza.
—Patetico. Así sonaste, simplemente patetico.—
Rodé los ojos e ignoré a mi hermana, para volver a acostarme boca arriba en mi cama.
Desde que Sofía me escuchó hablando con Julián sobre el tema, esta casi obligandome a practicar con ella como pedirselo a Ximena.Sin embargo, es bastante cruel, he de admitir.
—Vamos, no creo que tenga que hacer un gran curso sobre "como pedirle a una chica que sea tu novia". Lo he hecho varias veces.— respondo simple, y ahora es su turno de rodar los ojos.
—Si, pero esas chicas no son mas que unas nenitas desesperadas por fingir entrar en la adolescencia, solo por tener novio.—
La verdad es que tenía razón.
Yo también solo estaba desesperado por estar con alguien, pero Ximena es diferente.En muchos sentidos, pues las demás chicas con las que estuve no dudan mucho a la hora de darte un beso, ni tampoco se ponen a bailar sobre su cama sin importarle si las ves o no.
—Entonces, ¿que sugieres?.—
Sofía sonrió y comenzó a aplaudir alegremente.
¿Debería comenzar a correr?
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Ximena.
Sofi, Lucy y Melody insistieron en ir al centro comercial a comprar, hasta lograron convencer a mi madre para que me de algo de dinero.
¿Que quieren comprar? Pues, no tengo ni la mas minima idea.
—Creo que el azul le quedaría perfecto.—
—Mmm...puede ser, o el morado.— respondió Lucy.
Claro que yo no entendía nada, pero fue fácil suponer que hablaban de ropa.
Las tres miradas se fijaron en mi y comenzaron a cuchichear entre ellas, mientras que solo lograban confundirme más.—Vamos, tenemos que hacer rapido.— dijo finalmente Melody mientras me arrastraba por los pasillos.
—¿Me pueden explicar que tienen planeado ustedes?.—claro que no recibi respuesta, solo conseguí que se miraran entre ellas y sonrieran.—¿Qué?
Con mis amigas riendo de algo que desconozco, subimos a la siguiente planta y entramos en una tienda de ropa.
Las chicas siquiera esperaron a que las mujeres que allí trabajaban se acercaran a preguntar si buscabamos algo en particular, simplemente salieron cada una por un lado distinto, dejandome sola en la entrada del lugar.
Me senté en un enorme y cómodo sofá que allí había y comencé a leer una revista mientras esperaba a mis amigas.
Diez minutos despues, de a poco cada una comenzó a llegar cargadas de ropa y con una gran sonrisa.
Vale, comienzo a entender.
• • •
Después de poco mas de una hora, y cuatro conjuntos probados, salimos finalmente de la tienda agradeciendo a aquellas mujeres -las cuales estuvieron a punto de echarnos cuando mis amigas comenzaron a gritar, aparentemente emocionadas- y con bolsas en nuestras manos. Pues mis amigas no se conformaron con usarme como una modelo, sino que tambien aprovecharon ellas.
Quisieron convenserme con que entrara a un salón de belleza, pero me negué rotundamente.
No pensaba maquillarme ni un poco, y tampoco queria que pusieran cremas raras en mi rostro.Terminamos volviendo a casa en taxi, pues Marie no podía pasar a buscarnos, por lo que tardamos un poco mas de la cuenta en llegar a casa.
Lucy y Melody se fueron por su parte despues de despedirse de nosotras.
Al llegar a casa, Sofi me arrastro hasta mi habitación para luego encerrarnos ahí mismo.—Tenemos poco tiempo, anda, vistete.—
Yo la miré confundida mientras dejaba las cosas sobre mi cama, aunque al segundo de hacerlo ella comenzo a sacar todo de las bolsas.
—Sofi, ¿puedes explicarme que sucede? No pienso hacer nada hasta que lo digas.—
Ella suspiró. Hasta ahora se estuvo comportando de manera algo hiperactiva, pero parece que finalmente se relajó. Se dió vuelta sonriendome de manera tranquilizadora.
—Solo confia en mi, no es nada malo, lo juro.—
Esta vez quien suspira soy yo, pero termino accediendo.
Terminé poniendome el conjunto que compramos el día de hoy, el cual consistia en una falda negra, con medias de nylon del mismo color debajo, una blusa simple sin mangas blanca, y una chaqueta marrón con unas botas cortas a juego.
Sofi se tomo la molestía de alisarme el pelo, dejando las puntas onduladas y maquillarme un poco. Solo era rimel y brillo labial, no pensaba aceptar mas que eso.
Al bajar a la sala, Marie y mi madre nos sorprende tomandonos una foto, con una gran sonrisa en el rostro. Sofi no hace mas que reir y empujarme a la puerta principal.
—Ve al cerezo, allí entenderas todo.—
Confiando a duras penas en su palabra comence a caminar hasta el fondo de aquel descampado que tanto me gustaba, adentrandome en el pequeño bosque que allí habia.
Y lo que vi, fue simplemente hermoso.
Habian luces blancas colgando desde el enorme cerezo hasta el sauce que se encuentra en la otra punta del lago. El sol comenzaba a ocultarse entre los árboles, dando una tonalidad anaranjada.
Pero lo que mas me sorprendió fue ver a Juan con un ramo improvisado de jasmines frente a mi.
Se acerco a paso lento a donde estaba, y me entregó las flores que, cabe destacar, son mis favoritas. No pude evitar sonreír ante todo esto.
—¿Alguna vez te dije que te ves hermosa cuando sonríes?.— alagó él, sonriendo aun mas.
—Juan...¿a qué se debe todo esto?—
—A que debo preguntarte algo, muy importante.— mis mejillas se tiñeron de rojo, y no fue necesario verlo para saber eso. Ya me hacia una idea de que iba esto.— Ximena...¿quieres ser mi novia?
Sonreí mas ante aquello y baje la mirada, mordiendome el labio inferior. A decir verdad, no dudaba mucho de la respuesta que darle, pero al parecer Juan no lo notó.
—N...no tienes que responder ahora...aunque creo que preferiría que si. Si no quieres, yo lo ent...—
No le dejé terminar que plante un casto e inocente beso en sus labios, el cual no tardó en corresponder. Nos separamos pocos segundos despues, ambos con una enorme sonrisa en nuestros rostros.
—Supongo que eso es un si...—dijo el sin dejar de sonreír.
—Pues, supones bien.—
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Amor y Odio |EN EDICIÓN|
RandomAmor y odio, dos palabras muy fuertes que significan mucho, solo debes saber cuando y como usarlas. Dos sentimientos, que describen casi a la perfección la vida de todo adolescente. Y esta historia, no es la excepcion. ¿Un cliché más? Puede que si.