Juan.
Finalmente se había ido.
Ximena se había ido a un océano de distancia por quién sabe cuando tiempo y yo siquiera tuve el coraje de despedirme de ella como era debido.Todos estaban en el aeropuerto y yo acá, sentado en el suelo de la que era su habitación.
Había vuelto de lo de Julian hace unos minutos, y lo primero que hice fue entrar aquí.¿Qué si estaba llorando?
Pues no sirve de nada negarlo.Estaba llorando como un pequeño nenito que le prohiben comer caramelos. Pues no era mas que eso, un niño pequeño al que acaban de alejar de su primer amor.
Infantil, ¿verdad?
•—•—•—•
Pasaron las semanas.
Cada tanto hablaba con Ximena por mensajes, hasta nos hemos llamado, pero por la diferencia de horarios era algo complicado.
Nuestros amigos suelen juntarse al menos dos veces por semana para hacer videollamadas con ella todos juntos.Yo he dejado de aparecer en ellas.
He dejado de escribirle, he dejado de responder sus mensajes. Comencé a ignorar sus llamadas y ya no aparecía ni al fondo de las videollamadas.
Me estaba comportando como un idiota, lo se, pero me dolía verla. No se explicarlo realmente.
Se supone que debería ponerme feliz cada vez que hablamos, el verla aunque sea a través de una pantalla, pero al contrario...todo eso me deprime.Y así pasó el tiempo.
Ximena venía cada dos meses a visitarnos y se quedaba tres días, después volvía. La primera vez fue la sensación mas linda volver a verla despues de tantos meses, pero cuando llego la hora de irse nuevamente evité despedirme de ella.Después comenzó a venir menos, tal vez tres o cuatro veces por año, yo estaba ausente todas aquellas veces. Hasta que un día volví a casa, creyendo que se había ido, pero seguía alli...
—¿Puedes decirme por qué me evitas?.— preguntó ella.
No podía descifrar ma expresión en su rostro. Parecía molesta y triste al mismo tiempo.
—Me pediste que fuera tu novia, te confesé que me gustabas y tu solo...me ignoras.—
Le estaba dando la espalda, no podía verle de frente. Sentía que si lo hacía me largaría a llorar y no quería que ella me viera así. No quería que ella estuviera mal por mi.
Pero solo lo empeoré.
—Eso lo dije cuando no estabas al otro lado del mundo.—mi voz sonó tan fría y sin sentimientos, y ni siquiera había sido mi intención.—Sólo vete ya, se te hará tarde.
—Pero...¿Que hay de nosotros?.—
—No seas tonta, solo fue un corto noviazgo de nenitos.— me volteé y me arrepentí. Sus ojos estaban llenos de lagrimas, su labio temblaba, y aun así no cerre mi estupida boca.—No existe nada entre nosotros, Ximena. Ten buen viaje.
Dicho esto solo me encerré en mi cuarto.
Ximena sólo volvió a venir ese año para navidad y al día siquiente se fue, luego no volvió a venir.
No sabía si mi hermana y mis amigos mantenían contacto con ella, no volvieron a invitarme a una videollamada y cuando yo estaba no las hacían. No me hablaban de ella y yo tampoco preguntaba.Y así pasaron los años, tres para ser exactos.
Yo estaba por cumplir los 17 años y me había vuelto el típico adolescente que Ximena tanto había dicho que me volvería.Ya casi no estaba en casa y cuando volvía lo hacía ebrio o con una chica distinta cada semana.
Sino ambas.¿Qué si tuve mas novias después de Ximena?
La simple pregunta me resulta estúpida, pero responderé. Si, si he tenido. El primer año sin ella fue horrible, pero en los ultimos dos, no me alcanzan los dedos para contar la cantidad de novias que he 'volvido' a tener. Claro que no duraron mucho.Ahora mismo tengo una, esta buenísima. Se llama Carol.
O Coral.
No recuerdo.
En fin, la verdad es que...
—¿Y a mi que me cuentas? Sólo quiero que pagues y te vayas. Son las 6am y debo cerrar el bar, niño.—
Dicho esto resoplé y abandoné aquel lugar para volver a casa.
Mi madre me matará si me ve llegar así, pero supongo que Sofy me cubrirá.Como las cinco veces anteriores.
¿Que su estoy ebrio? Pues si, lo estoy.
¿Que si extraño a Ximena? En algunos momentos, pero creo que es curiosidad.
¿Que si la amé? No lo creo, solo eramos unos niños.Nos la pasábamos peleando por todo, y a los pocos minutos podíamos estar riendo de cualquier cosa. Nuestra pequeña y corta relación se resumía en dos cortas palabras: Amor y odio.
Fin.
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Amor y Odio |EN EDICIÓN|
RandomAmor y odio, dos palabras muy fuertes que significan mucho, solo debes saber cuando y como usarlas. Dos sentimientos, que describen casi a la perfección la vida de todo adolescente. Y esta historia, no es la excepcion. ¿Un cliché más? Puede que si.