— ¡Estoy en casa!
Donghyuck arrastró su bolso y gimoteó cansado. Cerró la puerta de su casa y vio las luces apagadas. No se extrañó, tal ves su padre estaría dormido.
Encendió la luz del living y miró el reloj. Las doce cincuenta y cuatro de la mañana. El bus que tomó apenas salió de la universidad había quedado sin combustible a mitad del camino y tuvo que esperar una hora para que llegara otro de reemplazo. Estiró su cuerpo, realmente se sentía cansado.
Decidió que lo mejor era irse a dormir, así que apagando la luz, tomó su bolso y caminó a oscuras por el pasillo hacia su habitación. Antes quiso pasar a ver como estaba Johnny, el pobre se la pasaba trabajando día y noche. Al menos sabía que los fines de semana descansaba para poder compartir con él.
Donghyuck dio un par de golpecitos en la puerta y escuchó un quejido dentro. Abrió la puerta con cuidado y vio el cuerpo de su padre removerse, su cabeza se levantó y lo miró, con sus ojos apenas abiertos.
— Hyuck, mi vida —sonrió cansado,— ¿Llegaste bien?
— Hola papá, todo bien —le devolvió la sonrisa,— Sigue durmiendo, mañana hablamos.
— Te amo —fue lo último que salió de sus labios en forma de suspiro, cerrando los ojos para volver a caer en los brazos del Morfeo.
El moreno soltó una pequeña risa y cerró la puerta. Casi a tientas encontró la puerta de su habitación y la abrió. Había un extraño olor en ella, pero supuso que su padre había dejado una vez más sus velas aromáticas dentro.
A oscuras, lanzó su bolso a los pies de la cama y se dirigió al baño a lavarse los dientes. Estuvo dentro unos diez minutos. Antes de salir, tomó un supresor para bajar un poco su olor, su celo se aproximaba y se estaba empezando a marear.
Volvió a su habitación y sacó el pijama de su clóset; admiraba su capacidad para movilizarse en la oscuridad, a veces. Cambió su ropa lo más rápido que pudo, intentando no enfriarse y casi corrió a su cama, abrió las sábanas y se metió dentro.
No estaba fría, a pesar de que la cama fuera grande se sentía cálida. Donghyuck gimió a gusto y se acomodó mejor. Como costumbre, agarró la almohada del lado para abrazarla cuando escuchó un quejido.
No había sido él.
— ¿Qué mierda? —susurró cuando sintió que le rozaban los pies. Algo frío.
De pronto, algo rodeó su cintura y fue el límite de Donghyuck. Estaba muerto de miedo. Gritó y saltó lejos de la cama, tropezando con varios muebles en su huida a la habitación de Johnny.
Entró sin cuidado, liberando feromonas a más no poder, mientras intentaba despertar al alfa. Bastó un manotazo para que Johnny abriera los ojos, exaltado.
— ¿Ah? ¿Donghyuck? —su vista aún estaba borrosa.
— Hay un monstruo en mi cuarto —respondió temeroso,— Papá, tienes que defenderme.
— Tienes veinte años, mocoso y sabes kickboxing —dijo adormilado, cerró sus ojos y se acomodó otra vez,— Ahora, sal de aquí y déjame dormir.
Donghyuck bufó y salió del cuarto, no sin antes darle un pellizco en el brazo al mayor. Miró el pasillo oscuro y tragó grueso. Lentamente empezó a avanzar, sintiendo su corazón palpitar fuertemente.
Llegó a su puerta y respiró hondo antes de entrar. La poca luz del exterior mostró una sombra a su lado. Se movió rápido para encarar lo que sea que fuera, pero no encontró nada. Volvió su vista al frente, viendo la sombra de pie frente a él.
Volvió a gritar, pero ahora dio una patada que lanzó a la sombra sobre la cama, lo escuchó quejarse. Su olor se intensificó, estaba aterrado, pero un nuevo aroma se coló por sus fosas nasales. Mierda.
Corrió a prender la luz, revelando la identidad del pobre chico que estaba con dificultades para respirar.
— Oh por Dios ¡Sungchan! —se acercó a ayudarlo,— Mierda, no fue mi intención.
El chico se rio por la situación, pero se quejó cuando se le fue el aire de inmediato. Se sentó en la cama y miró al omega, se notaba apenado.
— Está bien, Donghyuck —sobó su estómago y se levantó,— ¿Hace cuánto llegaste?
— Hace un par de minutos, quizás media hora —se silenció, lo miró perplejo,— ¿Qué hacías en mi habitación?
— Tu padre me pidió ayuda para algo y se nos hizo tarde —respondió,— Al ver que aún no llegabas me mandó a dormir aquí, creímos que llegarías en la mañana.
— Ah...
Se formó un ambiente incómodo. Donghyuck miró el suelo con vergüenza. Si hubiese prendido la luz apenas llegó a su cuarto, hubiera notado el cuerpo del mayor sobre la cama, no hubiese gritado como chica y no hubiera huido como un bebé hacia la habitación de su padre. Tampoco hubiese golpeado fuerte al alfa que venía recién despertando. En sólo unos minutos, había hechos más idioteces que en un día completo.
Sungchan no se encontraba diferente. Él había sentido que le quitaban la almohada, pero creyó que había sido él mismo y es por eso que abrazó lo que sea que estuviese al frente. Sintió el grito y creyó que había sido una pesadilla; cuando abrió los ojos y vio la puerta abierta, creyó que alguien se había metido a la casa, así que se abrigó y dio una pequeña vuelta por el pasillo. Al escuchar la voz de Johnny, supuso que había ido al baño y había pasado a verlo, así que se devolvió al cuarto y cerró la puerta. No esperó que a los segundos una patada llegara a su estómago. Creyó muchas veces en su imaginación y resultó ser algo completamente diferente.
— Bien, creo que... —carraspeó Sungchan,— Iré a dormir al living.
— No, iré yo —Donghyuck se levantó y caminó a la puerta,— Estabas aquí de antes, vete a dormir.
— No voy a permitir eso, yo voy —Sungchan lo tomó del brazo, pero el menor se soltó,— Donghyuck.
— Disculpe usted, señor correcto —sonrió, agarrando una manta,— Pero mi casa, mis órdenes. Buenas noches.
Sin dejar que el mayor respondiera, Donghyuck salió de la habitación y se encaminó al living. Se acostó en el sofá más largo y miró el techo removiéndose, tratando de encontrar una mejor posición para dormir.
Se sentía incómodo, no podía pegar un ojo, el sillón se sentía demasiado duro y su espalda no daba más. Bufó y se levantó, dirigiendo a su habitación otra vez. Abrió la puerta y prendió la luz, Sungchan tampoco parecía poder dormir.
— Me arrepentí, quiero dormir aquí —sentenció,— Pero el sillón es demasiado duro para ti, así que armaremos un colchón en el suelo, dormirás ahí.
Sungchan lo miró desorientado y Donghyuck desapareció por el pasillo para volver de inmediato con un colchón inflable.
Esperaron unos minutos en silencio antes de que se inflara por completo y pusieron un par de mantas encima para el alfa. El moreno se sintió satisfecho con su trabajo y aplaudió. Dio un bostezo, el sueño por fin había vuelto.
— Bien, a dormir —Donghyuck correteó al mayor fuera de su cama,— Apaga la luz, estás más cerca.
— Qué molesto eres —dijo acercándose al interruptor.
— Y yo que hago una camita cómoda para que no duermas en el duro y frío sillón —masculló el moreno,— Malagradecido.
— ¿Tu padre no dirá nada si me ve durmiendo aquí?
— Cállate y déjame dormir.
— Descansa.
No recibió respuesta, el menor ya había caído rendido. Sungchan se recostó después de apagar la luz y suspiró. El dulce aroma de Donghyuck llegaba a su nariz, relajándolo y haciéndolo caer dormido. Esperaba que en la mañana no hubiera problemas con ninguno.
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Omega Controla a Alfa | Markhyuck
FanfictionMark Lee es igual a los demás alfas: controlador e impulsivo. ¿Qué pasaría si tuviese un encuentro con una persona de su mismo carácter, pero diferente posición? Porque Lee Donghyuck es lo opuesto a omega tímido y sumiso. • Historia 100% mía • No se...