Omega Controla a Alfa | Markhyuck

26 | Quédate conmigo ¿Sí?

Jaemin suspiró mientras cerraba su cuaderno y guardaba sus cosas para salir de la sala. Vio al alfa hacerle una seña antes de salir, dándole a entender que lo siguiera. Salió de la sala y con cautela empezó a seguir a Mark, procurando que nadie que conociera lo viera.

Llegaron a una sala apartada de la biblioteca, donde guardaban algunos libros viejos y uno que otro stock sin abrir. Jaemin se sentó en el suelo, esperando el discurso que el alfa estaba por darle.

— Te has vuelto flojo, Na —se cruzó de brazos,— Han pasado días y no tengo más información ¿Qué ocurre?

— No he podido conseguir nada, Donghyuck es bastante reservado —rodó los ojos, sabía que pronto recibiría un regaño,— Pero estoy planeando algo, que me ayudará a conseguir todo lo que quieras, sólo necesito que vuelva. Su celo acaba hoy.

— Más te vale, Jaemin —le lanzó un fajo de billetes directo a la cara, mientras sonreía,— No me hagas sentir que estoy desperdiciando mi dinero en ti.

El beta ni siquiera lo miró cuando dijo eso. Mark se rio y salió del lugar, dejando a un Jaemin ahogado en sus pensamientos. Tomó el fajo con manos temblorosas y lo metió a su mochila. No podía culpar al alfa, no sabía las razones exactas de su desesperación por el dinero, él se había metido solito en esto.

Caminó en silencio hacia la residencia, viendo a un par de conocidos. Cambió su pensativo rostro por una gran sonrisa y agitó su mano para saludarlos, pero no se acercó. Siguió caminando hacia su habitación cuando alguien la abrió por dentro.

— ¡Hyung! Justo iba a salir a buscarte —Yangyang sonrió, contagiando al mayor,— ¿Estás bien?

— ¿Cuándo he estado mal? Muero de hambre —dijo lanzando sus cosas sobre la cama,— Prepararé la cena, mi estómago no deja de rugir.

El menor asintió, mientras ponía algo de música fuerte. Empezó a bailar, siguiendo la coreografía que se mostraba en su computador. Jaemin se acercó una vez terminó de preparar todo, mirando al menor bailar con energía y se sumó.

Con algo de dificultad empezó a seguir los pasos, sintiéndose cada vez con más confianza a medida que la canción iba terminando. Yangyang sólo se reía, mientras miraba las muecas que hacía el mayor cada vez que el paso iba demasiado rápido.

— No creí que bailaras tan bien —aplaudió el menor entre risas,— Te estás perdiendo en producción ¿No piensas entrar a mi facultad?

— Por más que ame bailar, este cuerpo ya no soporta tanto movimiento brusco —dijo, sobando su espalda.

Cuando era más pequeño había tenido un accidente que le provocó una hernia y aunque ya se había recuperado, cualquier movimiento repentino le provocaba dolor. Aún así, le gustaba hacerlo de vez en cuando; su hermana siempre era quien lo alentaba y bailaba con él.

Yangyang asintió, entendiendo su punto y lo invitó a seguir cuando escucharon un teléfono sonar. Por el tono de llamada supieron que era del mayor.

Jaemin se acercó a su mochila y sacó su móvil, viendo el número desconocido que lo llamaba. Frunció el ceño y contestó.

— ¿Aló?

— ¿Hablamos con Na Jaemin? —el beta hizo un sonido afirmativo,— Lo llamamos desde el centro médico Asan ¿Es usted el tutor legal de Na Yeeun?

— ¿Le pasó algo a mi hermana? ¿Está bien? —el tono preocupado alertó a Yangyang, quien se acercó a sujetarlo. Parecía a punto de tener una crisis.

— Tenemos su diagnóstico, pero necesitamos que venga urgente —la mujer no parecía cambiar su voz, completamente seria,— La señorita Na tuvo un ataque de pánico y no logramos tranquilizarla, dice que sólo quiere verlo a usted.