50 | Sólo Donghyuck y Mark

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Los zapatos de la chica resonaban en la habitación, mientras se paseaba de un lado a otro. La mujer mayor tamborileaba sus dedos sobre la mesa.

El señor Park estaba en el sillón, con una expresión neutra mientras esperaba que Jisung llegara.

Desde esa vez que organizaron la cita, Jisung no se molestó en volver a su casa y estaba "desaparecido". Yizhuo llamó molesta a la madre del chico, diciéndole que le habían mentido y la cita había sido un completo fracaso. Los padres de Park intentaron por todos los medios comunicarse con el menor, pero era inútil.

Jisung había vuelto a esconder su rastro.

Un par de golpes resonaron en la entrada principal. Las tres personas se miraron, esperando que fuera el menor el que golpeaba... O el tipo que habían mandado que lo trajera.

Jisung no tenía intenciones de entrar a esa casa. Los malos recuerdos estaban en cada esquina del lugar, las mentiras y manipulaciones eran el pan de cada día y él ya no quería sentirse esclavo de las expectativas de sus padres otra vez.

Por fin podía sentirse libre haciendo lo que le gustaba y rodeado de personas que lo ayudaban a crecer. 

— Señor Park, señora Park —saludó el menor, casi en un hilo de voz, miró a la chica,— No me acuerdo de tu nombre, perdona.

Yizhuo fingió una falsa molestia, frunciendo el ceño. La señora Park se acercó al menor, intentando darle un abrazo que fue rechazado.

— No seas malcriado, abraza a tu madre —la mujer lo regañó,— No hemos sabido de ti desde-...

— Desde que me forzaron a ir a una cita cuando estaba en celo —terminó la oración, sonriendo.

— No lo digas así, hijo —la mujer le acarició el rostro,— Lo hicimos por tu bien, Yizhuo es una buena chica para ti.

Jisung negó, mirando a la fémina. 

— Ella es una buena chica para ustedes —acentuó,— Pero no para mi; sin ofender —se dirigió a la chica, quien rodó los ojos.

Su padre por fin se levantó del sillón, manteniendo el silencio. Se acercó al menor y le dio una bofetada. El rostro de Jisung empezó a colorearse, a la vez que la expresión asustada aparecía. Ambas mujeres dieron un paso atrás, ese tema ya no les correspondía.

— Me cansé de tus juegos, mocoso —le habló con dureza,— Te he tenido bastante paciencia, pero tengo un límite. Pediré tu retiro de la universidad, ahí no me sirves; volverás a salir con la señorita Yizhuo y esta vez, saldrá bien —las lágrimas amenazaban los ojos del chico,— Empezarás a trabajar en la empresa a partir de la próxima semana, necesito que te transformes en el alfa que d-...

— N-no.

Hubo un silencio sepulcral. El hombre frunció el ceño, completamente en contra de la respuesta del menor. Jisung tenía miedo.

— ¿Qué dijiste?

— Dije que no, papá —volvió a repetir, limpiando su rostro,— Voy a seguir bailando, porque es lo que me gusta hacer; si voy a salir con alguien, va a ser porque a mi me gusta... Odio la empresa, yo no quiero estar ahí.

— ¿Te das cuenta de las palabras estúpidas que sueltas? —el hombre se rio,— Madura, Jisung. El mundo real te pisoteará si vas detrás de sueños infantiles ¡Actúa como un Park!

— ¡Ya no quiero ser uno!

La mujer cubrió su boca, pasmada por el grito del menor. El hombre tensó la mandíbula, a la vez que Jisung relajaba sus hombros.

Omega Controla a Alfa | MarkhyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora