43 | Domingo pt.2

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— Donghyuck, ¿Necesitas q-...? —el mayor se detuvo en la puerta, algo sorprendido— Te ves...

— D-destruido ¿Eh?

El moreno estaba boca abajo, mirando hacia la puerta. Las gotas de sudor podían verse a lo lejos y humedecían su cabello castaño, haciendo que se formaran ondas. Tenían la mitad de su cuerpo cubierto con la sábana mientras su torso tenía puesto una polera ancha.

Renjun se acercó, poniendo su mano en la frente del chico. Ni siquiera alcanzó a posarla cuando sintió el calor que emanaba.

— Te ves terrible ¿De verdad estás bien?

— Es mi puto celo, Ren ¿D-bebería sentirme bien? —se quejó el chico, mientras se sentaba; su polera dejó un hombro al descubierto,— No quedan s-supresores y la verdad que flojera marcarle a las e-encargadas para que me traigan uno...

— Lee Donghyuck, eres imbécil —le recriminó el chino, mirándolo desaprobatoriamente mientras acomodaba la polera,— ¿Cómo quieres que te deje solo?

— Evítame el besarlos o tirarme sobre ustedes, no los quiero aquí por algo.

El mayor le observó, notando sus mejillas sonrojadas, los labios rojos y abultados; parecía que los había estado mordiendo para evitar soltar sonidos. Volteó un poco su cabeza para ver la marca y abrió los ojos, algo asustado.

Es como si se hubiese abierto, parecía sangrante y viva.

— Hyuck...

— Fue mi culpa, picaba —respondió el chico,— No medí mi fuerza y la abrí; sólo me trae problemas, no quiero seguir escuchando al lobo de M-... Sungchan, es molesto.

— Sí no dejas que madure, vas a enlentecer su desaparición —le advirtió Renjun, palpándola suavemente,— No la toques.

Donghyuck asintió, tirándose de vuelta a la cama y acomodándose de forma que su entrepierna no sufriera roces innecesarios. Renjun se levantó, tomó un par de prendas y se dirigió a la puerta.

Miró al moreno por última vez.

— Por hoy no vuelvan, lo digo en serio —soltó el chico,— El primer día siempre es un asco.

— Prométeme que llamarás cualquier cosa.

— Si si, ya vete —asintió Donghyuck,— Vigila a Chenle y Jisung, que no queden solos ¡Tú tampoco!

Renjun salió de la habitación, quedando en el pasillo solitario. Torció su labio pensativo, mientras empezaba su caminata a la entrada de la residencia, dónde lo esperaban los demás. Se acercó a la cabina donde se quedaba una de las encargadas del lugar y le habló.

— Buenas tardes ¿Podría llevar un par de supresores a la habitación 127 de la sección C? Mi amigo empezó con su celo —le sonrió dulcemente al recibir un asentimiento,— Muchas gracias.

Siguió su camino hasta llegar donde Chenle, le extendió uno de los polerones que había traído. Vio como el chino le agradecía con una sonrisa y corría a acompañar a los demás menores, se acercó a Jeno para seguirlos desde atrás.

— ¿Está bien?

— La marca lo está torturando —frunció el labio,— No quiere que volvamos hasta que pase.

— Eso no es bueno —Jeno movió su cabeza en negativa,— ¿No puede quedarse alguien? ¿Un beta u otro omega? ¿Jaemin no sirve?

— No quiere a nadie —negó el chino,— ¿Deberíamos llamar a alguien?

Jeno se detuvo cuando el contrario lo hizo. Renjun miró el cielo que empezaba a oscurecerse. 



Caminaron unos pasos más para salir de la universidad y dirigirse al evento que se realizaba en una de las plazas cercanas. Chenle iba delante mientras sostenía la mano de Park, Yangyang les tomaba fotos burlándose. Jeno había ido en busca de algunas golosinas y Renjun cuidaba a los menores a lo lejos.

Omega Controla a Alfa | MarkhyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora