59 | Mi pequeño tesoro

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Donghyuck pestañeó con dificultad.

Ya ni siquiera podía moverse, estaba lleno de moretones y ahora tenía un tajo a lo largo de su estómago que empezaba a cicatrizar. Agradecía que sólo hubiese sido superficial y Hendery lo hubiese tratado lo mejor que pudo apenas los otros dos desaparecieron de la habitación.

Movió sus manos una vez más, las cadenas ya habían roto su piel y ardían con cualquier contacto. Mordió su labio, ahogando el quejido de dolor que tenía cada vez que respiraba.

— O-Ojalá esa puta ya me hubiese matado —se dijo a si mismo,— Me libraría de ver su asquerosa c-cara cada vez que abro los ojos, m-mierda.

Dile que vas a romperle el corazón una vez lo enamores.

Ni siquiera pudo dormir tranquilo. Esa frase le producía más dolor que cualquier herida física que tuviera, maldijo en voz baja.

— ¿P-por qué justo ahora tengo que e-empezar a sentir cosas por un idiota? —se quejó para si,— Maldito Mark L-lee, voy a sobrevivir para solamente sacarte l-la mierda —soltó una sonrisa cansada,— Perdóname mamá, pero aún no puedo ir a a-acompañarte...

Escuchó la puerta rechinar, viendo la silueta de Yerim asomarse por ella y mirarlo con una expresión burlona.

— ¿Aún sigues vivo?

— C-creo que aún estoy viendo mis pesadillas —chasqueó la lengua,— Voy a cerrar mis ojos por si ocurre algo... No, sigues ahí.

Yerim frunció su ceño, acercándose al chico y jalándolo del pelo, la pequeña sonrisa en el rostro lastimado de Donghyuck se ensanchó. Los ojos del moreno miraban fijamente a la chica mientras le sonreía con sorna, logrando ponerla un poco nerviosa.

— V-voy a matarte...

— Dímelo sin titubear —se burló,— E-espero que no te tiemble la mano, así como lo hace tu voz cuando te atrevas a jalar el gatillo.

— Hijo de puta —lo empujó, escuchándolo reírse,— Creo que te hacen falta un par de golpes más, aún no comprendes quién tiene el control aquí.

— ¿Y quién lo tiene? ¿Tú, acaso? Ja, no me hagas reír —Donghyuck dijo seguro,— Ni siquiera tu mascota, por más alfita que sea... El único con el control sobre mi es Lee Donghyuck ¿Y qué crees? Soy yo, maldita perra.

Yerim desapareció de la habitación, sin responder ni una palabra.

Donghyuck esperó unos minutos solo, hasta que apareció el tipo cómplice de Yerim, con una media sonrisa. Rodó los ojos cuando el puñetazo llegó a su quijada de forma perezosa.

¿No podían mandar a alguien que si supiera golpear? ¡Este lo hace fatal!







Amigo ¿Cómo van las cosas?

— N-no encuentran nada, Yu —el hombre estaba echado sobre el asiento, sus ojos rojizos,— Desde la madrugada están buscando el paradero de la chica, pero desapareció de la zona; Mark tampoco ha vuelto de dónde sea que haya ido, ya no soporto.

Yuta soltó un suspiro desde el otro lado. Cuánto daría por poder viajar y acompañar en la búsqueda, pero su esposo había tenido una crisis de pánico y tenía que estar ahí para él.

Espera ¿Mark?

— ¿Lo conoces? —el hombre estaba confundido.

En realidad no, pero escuché a Donghyuck una vez hablar de él, cuando lo conocí —explicó Yuta, soltando una risa ligera.

Omega Controla a Alfa | MarkhyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora