65 | El juez ha dicho...

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— ¡Lee Donghyuck! ¡Sal de tu habitación en estos momentos! ¡Ya es tarde!

Renjun se mordía las uñas, mientras esperaba impaciente y se paseaba por la sala. Chenle jugaba en su teléfono a un lado de su novio, quién miraba concentrado el suyo. Jeno temía por la vida del moreno que aún no aparecía, mientras esperaba sentado en el sillón, al igual que Mark.

— Hey, Renjun —le habló Sungchan, mientras entraba a la casa,— ¿Están listos? Jaehyun pregunta si ya vamos, lo hemos pospuesto más de una semana, no se puede más.

— Donghyuck aún no sale, voy a colgarlo.

Todos estaban de traje: algunos grises, otros negros. Los nudos de corbata parecían hechos por niños pequeños, mientras que los zapatos parecían haber sido lustrados hace mucho tiempo.

Habían esperado días y por fin había llegado. El ansiado juicio de Yerim estaba a sólo unas horas de concretarse. Todo el grupo iba a declarar, desde el más pequeño al peor de los pecados; iban a hacer pagar a la pelirroja toda la mierda que había hecho.

Pero no podían hacerlo si Donghyuck no aparecía.

— ¿Qué le pasa? Debimos salir hace quince minutos —preguntó Jeno,— ¿Estará bien?

— Ir-...

— Iré a buscarlo.

El peliverde cortó a Renjun. Los demás lo miraron asombrados, pero en silencio.

Mark se levantó del sillón y poniendo sus manos en los bolsillos del pantalón, caminó hasta desaparecer de la vista de los contrarios. Se miraron entre si.

— ¿Entonces-...?

— Vamos a subirnos al vehículo —Sungchan cambió el tema, deteniendo a Jeno,— Ellos saldrán pronto.




— ¿¡Qué mierda!?

La puerta fue abierta de golpe. Donghyuck tenía la camisa desabrochada, al igual que la bragueta del pantalón, cuando vio al alfa entrar presuroso y cerrar con la misma fuerza. Lo miró con el ceño fruncido.

— Sal de mi habitación.

Mark lo miró de arriba a abajo, soltando una pequeña sonrisa ladina.

— ¿Seguro que quieres que salga? —se burló, dando unos pasos adelante,— No me imp-...

Un zapato estampó en toda su nariz deteniendo sus palabras, que se transformaron en quejidos de dolor. Donghyuck se rio, a la vez que se acomodaba el pantalón. El contrario se sobó el rostro un poco antes de acercarse y tomar al chico de la camisa.

El moreno puso sus manos sobre las contrarias, deteniéndolo. Mark lo observó a los ojos.

— Bien ¿Qué te pasa? —el peliverde lo encaró,— No fuiste a desayunar, sales tarde y te ves de la mierda ¿No se supone que hoy es un día importante?

— No sé —quitó sus manos cuando vio al alfa empezar a abrochar su camisa,— Puedo hacerlo solo ¿Sabes?

— Te demoras mucho —refutó,— Responde mi pregunta.

Donghyuck mordió su labio, intentando evitar responder. Mark abrochó el antepenúltimo botón, dejando los dos restantes sueltos. Subió los dedos de sus manos a través de la ropa hasta llegar al cuello, acariciando suavemente la zona.

— ¿Y si se sale con la suya? —dijo despacio, cerrando sus ojos para no mostrar el miedo que empezaba a sentir.

El alfa siguió acariciando, a la vez que juntaba sus frentes.

Omega Controla a Alfa | MarkhyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora