71 | Hilos rojos

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Donghyuck sentía demasiado calor.

Intentó moverse para poder refrescarse cuando unos brazos se apegaron con más fuerza a su cintura, abrió los ojos bastante confundido. Se volteó, encontrándose con el rostro pacífico de Mark durmiendo a su lado.

Sintió que las mejillas le iban a explotar.

— ¿¡Qué mier-...!?

— No grites tan temprano en la mañana ¿Quieres? —los ojos del alfa se abrieron lentamente, una sonrisa ladina se asomó,— Buenos días.

— ¡Buenos días, ni que nada! ¡Quita tus manos de encima! ¡Maldito pervertido!

— ¿Pervertido yo? ¡Tú me pediste quedarme!

Donghyuck se sentó en la cama bruscamente, con su mirada perdida en la pared. Tocó sus labios sutilmente, recordando vagamente lo que había pasado la noche anterior y sintió como las mejillas le empezaban a arder.

Era una pesadilla.

— N-no recuerdo nada.

— ¿Qué? —en un movimiento, Mark estaba sobre Donghyuck sujetando sus muñecas,— No mientas, es imposible que lo hayas olvidado.

— ¡Suéltame, imbécil! Voy a gritar.

Donghyuck intentó zafarse, pero el agarre era firme sobre su cuerpo. Mark ya ni siquiera lo miraba enojado, había algo en sus ojos que todavía no podía descifrar. El moreno tragó grueso, sentía que tendría un colapso pronto.

— Estoy cansado de esperar tanto tiempo, Hyuck —susurró,— ¿A qué estás jugando? ¿De verdad olvidaste todo lo de ayer? ¿Vas a hacer como siempre y fingir que nunca pasó? ¿Alguna vez vas a ser honesto conmigo? ¿Piensas siquiera darme una respuesta para poder decidir si me quedo o me voy?

"¿Quieres mi respuesta? No te quiero, así que déjame en paz."

Pudo haberle respondido eso y quitárselo de encima, pero decidió quedarse callado porque ya estaba cansado de mentirle a su corazón. Sin embargo, su rostro se desvió de la mirada de Mark, por lo que el alfa soltó una risa perezosa.

— Eso es todo lo que necesito —liberó el agarre y se levantó de la cama,— Adiós, Donghyuck.

El alfa salió de la habitación y cerró con un portazo que probablemente despertó al resto de los chicos. 

Donghyuck se sentó en la cama y se abrazó a sus rodillas, sintiendo como su pecho se apretaba y sus ojos liberaban un par de lágrimas traicioneras. 

— Soy un maldito idiota —se dijo a si mismo,— Perdóname, Makku.


Fuera de la habitación, Mark tenía su frente apoyada sobre la puerta mientras el corazón le palpitaba con dolor. Sus puños permanecían cerrados con fuerza, apoyados junto a su cabeza.

— Lo peor es saber que no me voy a querer alejar de ti —sonrió forzadamente,— Mierda, Donghyuck...

— ¿Mark? ¿Qué pasa?

Jeno salió de la habitación del fondo, mirándolo confundido. Se acercó lentamente y tocó su hombro, sintiendo los espasmos del chico a su lado... ¿Estaba llorando? 

Era imposible ver llorar a Mark, así que lo que sea que haya pasado entre ambos chicos había logrado el milagro de volver el corazón de piedra a uno muy sensible. Jeno no sabía que hacer, iba a entrar en crisis porque jamás en su vida había tenido que consolar a Mark.

— ¿Quieres ir a tomar desayuno?

El peliverde lo miró con los ojos lagrimosos antes de soltar una carcajada corta. Un golpe suave llegó al hombro contrario, al menos lo había distraído un poco.

Omega Controla a Alfa | MarkhyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora