37 | Par dispar

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Donghyuck abrió los ojos, sintiéndose completamente desorientado. Levantó su cuerpo del escritorio y vio el desastre: por haberse quedando estudiando hasta tarde para su examen, se había quedado dormido sobre sus apuntes, que ahora se encontraban completamente babeados.

Maldijo en voz baja. Se estiró para voltear su mirada a ambos chinos que se hallaban durmiendo cómodamente en sus camas; ninguno tuvo la decencia de despertarlo para que no amaneciera con dolor de cuello.

— Mierda, se hace tarde —el reloj marcaba las siete cuarenta y cinco.

Su examen era a las ocho y no recordaba nada de lo que estudió. Con un pedazo de pan en la boca y la mochila a medio cerrar, salió de la residencia corriendo después de haber dejado un mensaje a ambos chicos que seguían durmiendo y tenían clases más tarde. Jodidos suertudos.

Escuchó el reloj marcar las ocho cuando el iba girando por el pasillo que daba directo a su sala. Vio a lo lejos al profesor entrar por la puerta y aceleró el paso: si el hombre cerraba la puerta y él aún no estaba dentro, estaría muerto.

Dispuso toda la energía que le había dado el pequeño trozo de pan que sirvió como desayuno a sus piernas y sin siquiera preocuparse de lo que había delante, corrió cabizbajo hasta dar con el final del pasillo y la entrada a la sala.

Si tan sólo hubiese alzado la mirada, habría notado que Mark venía corriendo exactamente en la misma posición, pero desde el otro lado de la facultad. El alfa se había dejado llevar por el arrullo de los suaves ronquidos de Jeno, haciéndolo levantarse asustado al escuchar la alarma de Jisung. 

Hubo un estruendo y varios pares de ojos salieron a mirar el escándalo.

— ¿Jóvenes Lee?

Mark sacudió su cabeza, tratando de quitar el mareo cuando su mirada chocó con la de Donghyuck, que estaba haciendo el mismo procedimiento. 

Ambos voltearon su rostro al profesor que los miraba confundidos y los miles de susurros que empezaban a salir de sus compañeros, así como los de otros salones. Se levantaron rápidamente, sacudiendo sus ropas y mirando con un gesto de desagrado al contrario.

— Es culpa de este imbécil —acusó Mark,— No mira por dónde va.

— No soy el hijo de puta que no sabe caminar —se defendió el moreno, entrando a la sala,— Disculpe la tardanza, profesor.

— ¿A dónde va, jovencito? —detuvo el hombre al chico que iba en dirección a su puesto junto a Jaemin,— El examen se realizará en pareja y ya que usted con el joven Mark llegaron tarde, tendrán que hacerlo juntos; los demás ya están acoplados.

— ¿¡Qué!?

El grito, tanto de Mark como Donghyuck descolocaron al profesor, que los miró reprobatoriamente. Jaemin se aguantó una carcajada.

— No, está loco si piensa que haré algo con Donghyuck —se quejó el peliverde, levantándose de su asiento y dirigiéndose al mayor,— Prefiero reprobar.

— ¿Usted quiere ver una guerra? No se lo recomiendo caballero —concordó el moreno, mirando con los ojos entrecerrados,— Si quiere lo hago con un grado de dificultad mayor, pero con esta bestia de verde, no.

Ambos chicos daban sus opiniones, sin percatarse que el profesor rodaba los ojos y seguía tecleando en su computadora. No prestó atención a ninguna de sus excusas y una vez hubo escuchado suficiente (o haber hecho el intento), se levantó.

— La plataforma ya tiene disponible la prueba, éxito a todos —después se dirigió a ambos chicos,— Y paciencia para ustedes, el tiempo está corriendo.

Omega Controla a Alfa | MarkhyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora