Omega Controla a Alfa | Markhyuck

22 | Único intento: sale mal

— ¡Cabeza de moco!

Bueno. Había mejores formas de llamarlo, pero Donghyuck no tenía ánimos para hacerlo.

Su semana había empezado con insectos en su cama, una jaqueca de muerte por no poder dormir bien y cinco energizantes encima pues se había despertado temprano para estudiar. Sus ojeras y fría mirada mostraban lo agotado y molesto que estaba.

Mark levantó la mirada por el apodo, su ceño fruncido mostraba que no le agradaba.

— ¿Qué mierda quieres, Lee? —rodó los ojos,— Te ves como un cadáver.

— ¿Qué putas fue lo de ayer? ¿Cómo te infiltraste en la residencia? ¿¡Qué mierda estás tramando!? —golpeó la mesa del alfa, sobresaltándolo.

— Bájale rayas a tu histeria, idiota —se levantó, notablemente furioso,— Ayer ni siquiera vine a la universidad, los lunes nunca vengo ¿De qué me estás hablando?

— No te hagas —volvió a golpear la mesa, los pocos estudiantes que se encontraban en la sala miraban en silencio la discusión,— Los insectos, la araña ¡El puto ratón! No aparecieron solos en mi cuarto.

— ¿Qué mierda? ¿Cómo se te ocurre que voy a llevar todo eso? —dijo con una sonrisa ladina,— No sé donde vives... Además, le tengo fobia a las arañas.

— No mientas, mocoso —lo tomó por el cuello de su polera,— Estoy seguro que fuiste tú.

— Mocoso tú, niñato engreído —se soltó bruscamente,— Ojalá se me hubiese ocurrido a mí todo eso, me hubiera gustado ver tu cara.

— Hijo de put-...

— ¡Buenas tardes, chicos y chicas! —la voz del profesor detuvo la grosería del menor, quien sólo se alejó molesto a su puesto.

Jaemin miraba al moreno que tenía los brazos cruzados, casi comiéndose con la mirada la nuca del alfa. Lo escuchó barbullar un par de palabras completamente molesto, antes de que se dignará a sacar un cuaderno y escribir lo del pizarrón. Se rio en silencio, atrayendo la mirada de enfado de Donghyuck.

— No te rías, esto es una situación seria —dijo con un puchero, pero sin quitar el odio en sus ojos.

— Lo siento, rey —hizo una seña con su mano, cambiando su risueña expresión por un intento de una seria,— ¿Qué pasó ayer?

— Muchas cosas malas ¿Por qué mierda le contaste a Renjun? 

— El tema salió, los domingos cuando no estás chismeamos mucho —dijo, levantando sus hombros,— ¿Pudiste hablar con Mark?

— No lo vi en clases, así que tenía pensado hoy —dijo refunfuñando,— Pero aparecieron unos malditos animales en nuestro cuarto anoche, me quitaron todas las ganas de hablar cordialmente con Mark.

— ¿Animales?

— Un maldito ratón apareció en mi cama —dijo recordando, con asco,— Estoy completamente seguro que fue él.

Jaemin asintió. Se sintió ligeramente aliviado, porque eso significaba que tenía tiempo para conseguir el dinero rápido y arreglar las cosas. Ambos chicos fijaron su vista al frente, viendo al profesor hablar sobre armonías compuestas y muchos términos que Donghyuck olvidó a medida que pasaban los minutos.

Salir de clases fue un martirio para el moreno. Una vez más fue arrastrado por Mark apenas salió de la sala. Jaemin lo miró y levantó sus pulgares a modo de ánimo, antes de desaparecer por el pasillo.