Todos se pelean por Charles Beckendorf

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La respuesta de Empíreo llegó sumamente rápido, más de lo que Percy podría haber imaginado, dejando claro que ellos también estaban interesados en culminar pronto con la batalla.

Una cosa era llenarse la boca hablando prácticamente cada día sobre la guerra e imaginar cada movimiento y desenlace posible, y otra muy diferente era estar sentado en una sala donde hace menos de diez minutos había estado viendo a Reyna Grace despedirse de todo su grupo y dejar indicaciones en su posible falta.

Empíreo había respondido bien, más de lo que a Percy le gustaría. Con un simple mensaje había conseguido atacar directamente al orgullo de ambas capitanas. Nadie puede negar, ni siquiera una persona tan precavida como Charles Beckendorf, que si no asisten al encuentro en Empíreo, su imagen política y militar será dañada. Nadie quiere seguir a un líder débil.

Desde el mensaje a voz alta por medio de varios drones, Annabeth no había dado señales de vida. Reyna, en cambio, ya estaba lista para partir.

-No sé si irá Annabeth, no me ha dicho nada - dijo Percy, atrayendo la atención de Reyna que miraba a un punto fijo en el centro de la mesa redonda. - Pero yo iré contigo.

Podrían llamarle necio, a lo mejor lo era. Solo sabía que es el tipo de chico que se la jugaría por cualquiera de sus amigos, sea lanzándose por ventanas y por montañas dentro de un contenedor, o yendo a una trampa casi segura en Empíreo.

-Para mi más absoluta desgracia, Thalia estará empeñada en acompañarme - respondió sin devolverle la mirada. - No sabemos si volveremos vivas, Percy. Es mejor que te quedes, con Annabeth y el resto.

-Me dan igual los riesgos, somos amigos - pronunció, consiguiendo esta vez que Reyna ke mirase. - Si vais, yo voy.

-Vamos - corrigió Nico entrando en la sala junto a Jason. Silena y Clarisse iban unos pasos más atrás, esta última parecía estresada con el interminable parloteo de la mejor amiga de Will Solace.

-En Empíreo no tienen conciencia de que ya existen cuatro capitanes - negó Reyna. - Lo más inteligente es que os quedéis aquí. Si nos pasase algo, lideraréis el Séptimo Círculo.

-No, no va a pasar nada, y si pasa, morimos juntos - sentenció Nico di Angelo. - Cada equipo dejará a un líder provisional, lo que sea, pero estamos juntos.

-Somos un equipo - Jason sonrió apoyando su mano sobre el hombro de Percy. - Si caemos, caemos todos.

Un aplauso lento y sonoro se robó la atención. En la puerta estaba Thalia Grace, que les observaba si dejar de aplaudir mordiéndose el labio de forma exagerada como si aguantase el llanto.

-Qué bonito, he estado apunto de llorar - pasó su dedo índice por el rabillo del ojo, recogiendo una falsa lágrima. - Yo también os quiero, imbéciles. Pero me puedo cargar Empíreo yo sola, soy la gran Thalia Grace.

Percy sonrió cuando Thalia le guiñó un ojo, siendo el único que le reía la gracia mientras el resto solo resoplaba por su testarudez. Tenían una forma de entenderse única, tanto que con un simple intercambio de miradas, Percy ya sabía que Thalia en todo momento supo que él les acompañaría.

-¿Entiendes la función de una silla? - gruñó Reyna al tener a Thalia encima, sentada de tal forma que parecía haberse establecido para todo el día.

-Hoy se te ve feliz - comentó Jason, entrecerrando los ojos hacia su hermana que solo provocaba un pequeño sonrojo en Reyna al haberle susurrado algo. - No es lo lógico para estar apunto de ir a Empíreo.

-Lo es, es lo lógico - corrigió. - Seguramente voy a tener a tiro a Leo Valdez. Mi única duda es si le corto la garganta o le dejo un jodido en su frente.

Danger: Contraataque por la humanidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora