El chico malo termina con la nariz y el ego rotos

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El golpe en su rostro fue lo suficientemente fuerte como para rememorar todo su pasado hasta su llegada al Séptimo Círculo, específicamente cuando eligió el equipo liderado por Annabeth Chase y no el de Reyna Grace.

Si tuviese de capitana a la esposa de Thalia Grace, esa que estaba al frente del combate más directo, ya habría perdido toda la sensibilidad en la cara.

-Eso... eso no ha molado - acercó Percy la mano a su propia cara, rozando su mandíbula que aún palpitaba por el puñetazo. - ¿Eres consciente de lo que te hará Annabeth si me desfiguras?

Podían llamarle de todo, desde necio hasta imbécil por atreverse a bromear y decir cualquier comentario estúpido en medio de una guerra; el rostro de su contrincante demostraba claramente que le veía como un auténtico demente.

No había perdido el respeto por la vida, para nada, pero encontraba una chispa de recuerdos de sus mejores días en el Séptimo Círculo cada vez que hacía algún comentario fuera de lugar.

-Percy Jackson - pronunció el soldado de Empíreo en reconocimiento, adoptando de nuevo una posición defensiva tras haber conseguido golpearle en el rostro. - El traidor.

-¿Estoy delante del rey de la originalidad? - escupió hacia sus pies algo de sangre que se había acumulado en su boca. - Me han llamado cosas peores. No te las digo porque no creo que tengas edad para oírlas. ¿Diecisiete, tal vez?

Aquel joven chico trató de cerrarle la boca lanzando otro golpe pero esta vez Percy fue capaz de verle venir. Elevó su brazo izquierdo en defensa, desplazándolo hacia un lado para desviar el golpe que iba a su rostro. El puño avanzó casi a cámara lenta cuando tuvo el movimiento controlado y, antes de que su enemigo pudiese recuperar el equilibrio, golpeó con todas sus fuerzas su abdomen.

Le vio caer de rodillas delante suya, sujetando su estómago mientras hacia sus mayores esfuerzos por recuperar el aire. Percy no tenía más balas en todas las armas de fuego que cargaba, algo que le había obligado a usar el combate más tradicional. Pudo ver la expresión resignada del chico cuando sacó a relucir de su cinturón su espalda. A pesar de todo, lucía verdaderamente asustado ante la proximidad de su muerte. Aceptar morir no eludía el terror.

En otras circunstancias, matando a un chico que no consideraba que había llegado a la mayoría de edad le habría dado arcadas, incluso se habría disculpado; ahora, no le dedicó ningún segundo extra. Tampoco recordaba cuántos llevaba.

-Ve a recargar munición - le ordenó Annabeth.

Para reforzar su punto, la capitana dejó un limpio disparo en la cabeza de una chica que trató de atacarla por la espalda.

-Lo tengo controlado - le restó importancia, pero la rubia señaló hacia su cara, a su reciente golpe. - Le dejé pegarme, pensé que me daría un toque más irresistible. ¿No le gustan los chicos malos, capitana Chase?

Tras la última hazaña de los capitanes y segundos al mando, la balanza se había inclinado favorablemente hacia el Séptimo Círculo, pero ni aún así era suficiente para que Annabeth riese ante su broma. Su novia giró sobre su eje, ayudando a uno de los compañeros de equipo que estaba siendo atacado por dos soldados a la vez. Cuando Percy pensó que iba a ignorarle definitivamente, Annabeth cortó con su daga el cuello de un chico y miró al ojiverde de reojo:

-Por lo que veo, me gustan los idiotas.

Parte de su buen humor desapareció al ver varios compañeros de equipo caer al suelo, sin vida. No podía acostumbrarse a ganar, a pesar de estar consiguiendo arrinconar a Empíreo por la acción ofensiva de los cuatro equipos, seguían habiendo muertes.

Había conseguido ver a Piper unas pocas veces, siempre junto a Clarisse de la Rue y, por consiguiente, Jason Grace. Aunque le encantaba que Piper en un principio estuviese luchando a su lado bajo la tutela de Annabeth, reconocía que, en contra de sus deseos, lo mejor para Piper era mantenerse alejada de la capitana.

Danger: Contraataque por la humanidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora