Capitulo 52, Haciendo Un Interrogatorio.

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Tan pronto escucho hablar a Balto, Kaltag ya solo quiso desmayarse del puro terror que esto le provocó, había sido descubierto, y no solo el, ahora gracias a Stella, la ganas rusa y madre adoptiva de Balto, el ya mencionado, supo además que no solo había estado el, sino que en compañía de Kaltag, también habían estado otras personas más, en este caso, sus otras dos amigas, si es que el creía que podía llamarlas amigas, conocidas, una, como la pequeña perrita de exhibición, llamada Dixie, y la larguirucha afgana, conocida por su parte, con el nombre de Sylvie, Balto también recordó además, que con ellos, Stella le dijo que también estaba Rosie, la niña pelirroja, y amiga muy querida y significativa de Jenna, cosa que solo lo hizo deprimirse más, pero antes de eso, Balto también se puso además, a recordar que había habido todavía una persona más en este grupo, que el no conocía y no recordaba de ninguna parte, Balto nunca la había visto antes, o al menos no recordaba haberlo echo, pero Stella le dijo que ella también por su parte había venido aparentemente en compañía de Kaltag, lo que le hizo resolver de inmediato que algún tipo de relación debía de tener ella, con su amigo Kaltag, una relación que el desconocía. Pero lo importante aquí, era el echo de que Balto ya estaba sospechando enormemente, quienes pudieron haber sido los responsables de que desaparecieran todas las cartas, que cada una de sus amigas le escribo y envío para poder confesarle sus sentimientos a Balto, y fue algo que ya no sé hizo posible debido a justamente eso.

Paso demasiado tiempo, hasta que por fin pudieran decir o hacer algo, el solo escuchar a Balto, de esa forma, fue mas que suficiente para se paralizaran del puro miedo, eso era miedo, miedo en su estado más puro, y por algo de lo que sabían que en realidad, si eran muy culpables, solo que aún se rehusaban a hablar, no lo iban a hacer, hasta que fuera el propio Balto, el que hiciera la pregunta, sino fuera así, entonces ya habrían corrido despavoridos, presas del miedo y la angustia que les estaba provocando su situación actual y que simple y sencillamente no les iba a ser posible evitar. No les sería posible hacer nada para cambiarlo, porque ya estaban descubiertos, ya habían sido acorralados sin mayor remedio, y en cuanto les preguntarán por el asunto de las cartas, a Kaltag ya no le quedaba la menor duda, de que no tendría otra opción, más que responder, ya no tenía dudas, de que lo mejor que podría hacer ahora, sería solo rendirse y entregarse, pero no solo el, creía que lo menos que podrían hacer sus al final de cuentas complices, sería que también confesarán lo que habían echo. Que dijeran ya se una vez la verdad, y que también se disculparan luego de la mejor manera posible, para no acabar metidos, en serios, pero muy serios problemas, que ellos, ahora deberían de hacer lo posible por remediar.

Kaltag escuchó a Balto atentamente, y ya tenía en claro, que no habría de permitir, que Rosie también pagará por las consecuencias de lo que ellos hicieron, porque en realidad, la pequeña niña pelirroja no había tenido nada que ver en nada de lo que hicieron. Y ellos lo sabían muy bien, todos lo sabían muy bien, no solo Kaltag, que no tenían porque jalar con ellos a Rosie que no lo merecía.

Pero tal parece que Kaltag no era el único que pensaba de una manera similar, la propia Jenna que solo había permanecido completamente indiferente a todo lo que esas chicas hablaban con Balto sobre unas cartas, porque claro, así era mucho mejor para ella, ahora de pronto si que se mostró bastante alterada, ante lo que escucho decir a Balto sobre Rosie. Es decir, ella también recordaba que su niña había acudido a la casa de Balto y no lo negaba para nada, pero que también se enterará de que Rosie por su parte estuvo en la compañía de Kaltag y demás chicas que ya no eran más sus amigas, la hizo a ella también reaccionar de golpe, como tanto temia y ponerse a analizar con cuidado, todo lo que Balto contó.

Jenna no lo podía creer en serio, la husky igual de pelirroja, tampoco podría creer que su niña fuese capaz de tal cosa, Rosie no era una ladrona, y Jenna estaba más que segura de eso, sin embargo, ahora no tenía manera alguna para poder probarlo, y aunque era cierto que esas chicas oficialmente se habían convertido en sus nuevas enemigas, ni aún por eso, Jenna podría aceptar el echo de que su niña se las haya robado, pero no tenía porque darlo por echo, después de todo, Balto dijo, que además de Jenna, también habían ido Kaltag, junto a su amigo Star, sus ex amigas que para ella ahora eran unas completas traidoras, y una chica más, a quien ahora Jenna identificaba como la prima de Kaltag, Thalía, agradeció mucho el simple echo de pensar en que en realidad pudo ser alguno de ellos, porque de otra forma Jenna no podría aceptar que fuera Rosie la que las tomo.

De inmediato, Jenna se apresuró en descartar aquel terrible pensamiento e idea de su cabeza, solo ya no quería estar pensando más en eso, ya era mucho, mucho más de lo que Jenna podía soportar y tolerar, primero habían venido todas estas personas, todas estas hembra, y luego cada una, tuvo que comenzar a buscar formas de molestar a Balto, o bueno, según la forma de verlo de Jenna, ellas solo habían venido a molestar a su Balto, y ella en serio esperaba, que de alguna u otra forma, se quitarán del camino, y que fastidiaran, simplemente ya tuvo suficiente con ellas, pero ahora, parecía que estás mismas hembras, no solo iban a perturbar la tranquilidad de Jenna buscando como poder quitarle a su Balto, sino que ahora, su querída amiga pequeña humana Rosie, también se encontraba en grave peligro de ser atacada por este montón de arpías, que para Jenna, eran solo eso, o talvez, si eran mucho más, si, muchos más insultos en los que Jenna pudiera pensar, para seguieles dedicando, Jenna nunca antes se había sentido tan irritada por alguien antes, de echo, nunca nadie antes, había sido tan insoportable, como lo eran ahora, cada una de estas perritas, y no solo ellas, también la servatillo, las leonas, esa yegua, y quizá en cierto punto aquella zorrita, si aún con mucha dificultad, a Jenna le costaba mucho trabajo soportar a Steele, que a diferencia de ellas, el si parecía querer siempre estarla molestando, hostigando, abrumando, siempre con sus insinuaciones, coqueteos, piropos, entre otras cosas, sino fuera por alguna de esas cosas, Steele no sería un problema real, y si no fuera por Balto, Jenna nunca podría haber aguantado más de cinco minutos de la compañía de Steele, pero en este caso, si bien no era tan diferente en una parte, porque igual la presencia de Balto la tranquilizaba y la mantenía calmada, en el caso de las chicas, en un caso de total y completa abrumacion hacia Balto, ahora Jenna si que iba a necesitar mucho más, para poder remediar esto, Jenna ya no sabía que más debía de hacer, pero por ella misma, ahora, siendo este, otro caso, en el que la persona afectada, no era ella misma, sino alguien cercano a ella, muy diferente en serio, ahora Jenna si que tendría que ponerse a pensar de inmediato, en lo que debía de ser, aunque por desgracia en este caso, Jenna ya no contaba más con la ayuda y el respaldo de Balto.

La Husky escarlata, tan solo se limito a continuar observando la escena que tenía delante de ella, es decir, ver a Balto con varias chicas rodeandolas, y sin que ella, pudiera intentar la más mínima cosa, buenas debían de sentirse todas ella, comí para que de pronto se quisieran comportar con tanta libertad, cosa que claro, a Jenna no le parecía en lo más mínimo, se moría de ganas por alejarlas de Balto, y por supuesto, como eso a ella no la involucraba, a Jenna, poco o nada le pareció importar al final, que las cartas no le llegarán a Balto, de echo, hasta era todo lo contrario, es decir, que mientras así parecia ser, también era mucho mejor para ella. Balto no debió de haber sabido nunca nada dé esto, pero el daño ya estaba echo, y sabía que de cierto modo, la pobre en serio, debía de sentir lo mismo, pero con toda la pena, Jenna no pensaba dejarselos, Jenna no pensaba dejarles a Balto, a ninguna de esas chicas, en las que ella, claro que no confíaba.

Pero fue, que mientras Jenna pensaba en todo esto, paso, que fue a partir de este punto, en que se desató la tormenta, una tormenta que en definitiva no traia nada bueno consigo, y ellos lo sabían muy bien, Balto en serio no quería lamentarse después de hacer esto, pero era necesario, para confirmar que sus peores temores, al menos en este momento, eran ciertos, aunque la verdad, era que claramente a Balto no le gustaría nada, descubrir que en efecto, los ladrones de cartas, son quienes el creía.

Al final, y para que todo se pudiera calmar un poco, Balto respiro hondo, antes de hacer lo que iba a hacer mientras se mantenía pensando con cuidado en sus siguientes movimientos, Balto por desgracia, sabía que aún si al menos el, se tomaba las cosas con calma, tristemente todavía quedarían las otras chicas, más que desconformes y enojadas por esto, talvez inclusive con él, y era lo que pensaba Balto, y lo que más, pero más temia en ese momento, que nada fuera a resultar cómo el lo esperaba.

Poro visto, aún cuando todas las chicas se habían enojado mucho, se podría decir también, que se alguna manera, Balto había aprendido su lección, después del último accidente, en el que en serio se vio muy involucrado, y ese accidente, no era otro, que la pelea de las chicas, que literalmente discutieron tan agresivamente por el, y Balto no las pudo detener, por eso decía que involucradas, porque había entendido a la mala, que una vez iniciada una guerra, no había ni como detenerla, Balto acabo aprendiendo por las malas, que al haber tolerado el desorden para evitar la guerra, acabo por obtener de todas formas, primero el desorden, y justo después, obtuvo ahora la guerra, increíble.

Continuara.

Fin del Capítulo 52.

Balto Encuentra Un Harem- Vol. 2, (segunda temporada).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora