003━━hotter than phoebe cates?

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003━━hotter than phoebe cates?

━━━━ANDREA, NO REMUEVAS TU COMIDA —se quejó Patricia viendo cómo su hija tocaba su comida con el tenedor pero para tan sólo pasarla de un lado a otro mientras la miraba fijamente—

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━━━━ANDREA, NO REMUEVAS TU COMIDA —se quejó Patricia viendo cómo su hija tocaba su comida con el tenedor pero para tan sólo pasarla de un lado a otro mientras la miraba fijamente—. Y baja tus pies de la silla.

Andy puso los ojos en blanco y dejó de remover los huevos revueltos para después bajar sus pies al suelo de su patio. Como todas las mañanas, la aparentemente perfecta familia Harrington desayunaba en la bonita mesa de su patio frente a la piscina antes de que todos se marcharan a trabajar, a diferencia de Patricia, que estaba de vacaciones y las aprovechaba para acudir a la piscina municipal como todas las mañanas. Gracias al cielo, John no dijo nada y prosiguió leyendo su periódico ignorando al resto en la mesa.

—Dustin volvió ayer —le contó Steve a su hermana, ya vestido con su traje de marinero. Ese verano sólo le veían vestido con eso.

Afortunadamente, Andy no tenía un horario completo como Steve, que entraba al trabajo por la mañana y acababa por la noche. Ella entraba al mediodía y acaba por la noche, pues el cine no estaba abierto por las mañanas. Nadie iba al cine por la mañana.

—Sí, de ese campamento, ¿verdad? ¿Cómo se llamaba?

Steve frunció el ceño mientras Andy le daba un sorbo a su café.

—¿Campamento No Saber?

Andy se encogió de hombros.

—La verdad que no lo recuerdo. Pero vamos, que dudo que lo vayamos a ver si no llega el grupo entero de niños al centro comercial.

—Tranquila, ya se pasarán para ver una película y colarse por...

Patricia y John lo miraron inquisitivamente, Steve se dio cuenta de que había estado apunto de admitir en voz alta que colaba a un grupo de niños de catorce años al cine gratis en mitad del trabajo, así que rápidamente parpadeó y rectificó.

—...por... por...

—Por helado —asintió Andy, ayudándole—. Siempre intentando robar helado.

—Sí, menudo suplicio estar vigilando todo el día para que esos cabeza huecas no... me roben helado.

John pasó de página en el periódico y carraspeó antes de hablar con voz seria.

—Eso no pasaría si hubieras estudiado y te hubieran aceptado en algún sitio.

Steve cerró los ojos y torció la boca en un intento de mantener la calma al escuchar la intervención de su padre.

𝐂𝐀𝐑𝐄𝐋𝐄𝐒𝐒 𝐖𝐇𝐈𝐒𝐏𝐄𝐑, eddie munsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora