━━━𝐂𝐀𝐑𝐄𝐋𝐄𝐒𝐒 𝐖𝐇𝐈𝐒𝐏𝐄𝐑
━━━🧸🎧🍄ANDY HARRINGTON, la hermana pequeña del famoso Steve Harrington, se ve involucrada desde el año 1983 en una aventura algo peligrosa junto a un grupo de edades diferentes que les seguirá durante demasiado t...
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━━━━ANDY CAMINÓ DIRECTA HACIA el puesto de Starcourt donde Dixie la esperaba sentada en una mesa mientras bebía un batido. Mientras Andy pasaba junto a un grupo de chicos del instituto, estos se quedaron contemplando cómo se movía mientras caminaba en esos pantalones vaqueros que le llegaban hasta la rodilla y cuyo tiro le llegaba hasta el ombligo. Gracias a Dios, John no había visto cómo su hija se marchaba de casa con esa camisa blanca anudada en la cintura y con los botones de arriba desabrochados. Esos últimos días había optado por los atuendos más cómodos posibles debido a la poca energía que le quedaba después del trabajo y la investigación con los rusos, pero esa mañana decidió que se trabajaría más su aspecto. A veces no venía mal.
—Te veo bien —le dijo Dixie viéndola llegar.
Andy sonrió y se sentó frente a ella quitándole el batido y dándole un sorbo.
—Me he levantado inspirada.
—Es un look un poco sesentero, pero mola. —Le arrebató su batido de las manos de la ladrona—. ¿No tendrá que ver con Munson?
—¿El qué?
—El atuendo —Dixie sonrió pícaramente mientras la señalaba con su cabeza, moviendo la barbilla hacia ella—. Nunca vistes así y parece que quieras romper barreras o algo parecido.
—Deberías estudiar Psicología —bromeó Andy poniendo los ojos en blanco—, parece que te gusta psicoanalizar.
Dixie se encogió de hombros divertida mientras le daba otro sorbo a su batido de fresa.
—Acabo de hablar con Dustin. Tú y yo somos las únicas que todavía no tenemos que entrar a trabajar, así que podríamos aprovechar para subir a investigar de nuevo a la azotea.
—¿Estáis locos? ¿No os pareció suficiente ayer cuando casi nos pilla un ruso loco armado?
—¿No? —respondió Andy frunciendo el ceño—. No nos sirvió de nada y esta vez tenemos que fijarnos en más detalles. Así que hay que ponernos manos a la obra.
Dixie vaciló.
—Oye, Dix. Si esto te supera, no importa que te quites del plan. No estás obligada a hacerlo, entiendo que sea demasiado para ti.
Y aquello no lo dijo en un intento de retarla o manipularla, lo decía completamente en serio. Dixie no había vivido cosas tan fuertes como ellos y entendía que se asustara a la primera. Pero Dixie sí que se tomó aquella respuesta como un reto, y esta vez apoyó con firmeza el batido sobre la mesa mirando intensamente a su amiga.
—A por todas.
Andy sonrió de lado.
—Siempre podrías bajar a seducirles para que nos dejen entrar en la sala directamente —propuso Dixie mirando a Andy desde el borde de la azotea, donde los tres miraba con tres prismáticos diferentes que habían llevado hasta allí.
