013━━eddie the banished

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013━━eddie the banished

━━━━PÁSAME UNA PRINGLE —le ordenó Andy a su hermano

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━━━━PÁSAME UNA PRINGLE —le ordenó Andy a su hermano.

Steve, que ahora estaba menos temeroso de que su hermana fuera asesinada brutalmente por Vecna, puso los ojos en blanco y le pasó una patata. Andy sonrió satisfecha y la metió en su boca con gusto. Masticó fuertemente consiguiendo que Dustin riese y Steve formara una mueca de asco. Los tres estaban sentados en el maletero del coche de Nancy, mientras que Lucas y Max estaban en el centro, y Nancy conduciendo con Robin sentada a su lado.

Andy todavía tenía los auriculares colgando de su cuello al igual que Max, pero desde que no había muerto la noche anterior, se encontraba menos temerosa. Sin embargo, eso no significaba que no tuviese aquella curiosidad del porqué Vecna todavía no la había intentado matar, al menos. Eso quizá daba más miedo si te parabas a pensarlo.

Pero al menos ahora estaban de camino hacia el cobertizo de Porricky y vería a Eddie de nuevo. La última vez que se despidió de él tenia la certeza (al menos interiormente) de que no le iba a volver a ver, así que pensar que se reencontrarían después de su... encuentro, le emocionaba por dentro.

Al menos por fin había podido ducharse y cambiarse de ropa. Había cambiado la larga falda por unos pantalones blancos. Y la blusa por una camiseta de rayas blancas y lilas, y una chaqueta de punto de color lavanda con flores blancas cuya manga llegaba hasta su codo. Un cinturón blanco rodeaba su cintura por encima de la chaqueta; había visto en las revistas que eso se llevaba mucho.

—Me parece tan extraño que Vecna no se cebase contigo anoche —comentó Dustin pensativo—. Es decir, el patrón del reloj se ha repetido con todos menos contigo.

—Quiero pensar que es porque Andy venía preparada con la música —dijo Max.

—Pero al menos lo habría intentado, ¿no creéis? —Andy frunció el ceño después de tragar la Pringle—. Es decir, cabía la posibilidad de que yo fuera salvada por la música, pero no entiendo por qué eso le frenó. No tiene sentido.

—Por más aterrador que parezca, Andy tiene razón —Dijo Nancy muy seria al volante—. Debe haber alguna razón por la cual Andy no entró en trance.

Hubo un silencio en el que todos se quedaron pensativos, pero no consiguieron encontrar una respuesta lo más esperanzadora posible. Steve miró intranquilo a su hermana.

—Va a sonar fatal —comenzó a decir Robin cambiando de tema—, pero ¿puedo quedarme en el coche? Ya veo que esto va a ser un rollo total.

𝐂𝐀𝐑𝐄𝐋𝐄𝐒𝐒 𝐖𝐇𝐈𝐒𝐏𝐄𝐑, eddie munsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora