016━━the mindflayer

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016━━the mindflayer

━━━━LAS COSAS A VECES SALEN BIEN

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━━━━LAS COSAS A VECES SALEN BIEN. Hay momentos en los que las situaciones complicadas parecen que son imposibles de salvar, que te acabas librando de un gordo problema de una manera en que ni siquiera sabes cómo lo has hecho. Hay momentos en los que agradeces al cielo la enorme suerte que has tenido para ser salvado. Hay momentos en los que parece que el mismísimo Dios ha bajado del cielo para ayudarte.

Ese no fue el caso de Andy, Mike, Max, Dixie y Once.

Llegaron hasta la puerta que daba a la zona donde estaba el ascensor que daba a la base secreta rusa, y cuando salieron al exterior, corrieron hacia las vallas metálicas que se abrían solas. La abrieron apretando el botón que había frente a ella, y caminaron al exterior con Mike y Andy sujetando a Once para poder llevarla.

No pudieron avanzar mucho más, porque en cuanto salieron se toparon con el coche en llamas de Billy a unos metros de ellos. Pero Billy también estaba ahí, y ahora no estaba inconsciente. Se encontraba despierto y fuera del coche. Tenía la ropa sudada y la cara con heridas llenas de sangre. A pesar de ese terrible estado, él los miró con pura furia, y entonces señaló a Andy.

Voy a por ti.

Lo dijo con una voz tan gutural y profunda que Andy sintió un escalofrío.

—¡Mierda! —maldijo Max.

Todos se giraron de nuevo para entrar por donde habían salido.

—¡Corred, corred, corred! —Gritó Mike.

Billy empezó a seguirles por detrás. Ni siquiera corría, simplemente caminaba rápido y cojeando ligeramente, pero era suficiente para que ellos trataran de escapar. Si Once hubiera estado en condiciones de correr, lo habrían hecho, sin duda. Pero no podrían avanzar mucho más sin dejar a la pobre atrás.

El corazón de Andy latía acelerado mientras trataban de caminar rápido de vuelta a la puerta por la que habían salido.

—¡Las vallas! —Exclamó Dixie con los ojos muy abiertos mirando las vallas abiertas y Billy caminando hacia ellas.

Max corrió a toda velocidad hasta allí y apretó el botón con torpeza antes de girarse de nuevo y correr hasta ellos. Las puertas empezaron a cerrarse, pero no pudieron ver si Billy había llegado a entrar o si lo haría.

Volvieron de nuevo al pasillo.

Estaban atrapados.


𝐂𝐀𝐑𝐄𝐋𝐄𝐒𝐒 𝐖𝐇𝐈𝐒𝐏𝐄𝐑, eddie munsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora