009━━red dawn

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009━━red dawn

━━━━¿SABES LA SENSACIÓN DE ALIVIO que te entra en el cuerpo cuando has tenido una horrible pesadilla y despiertas agitado en tu cama para descubrir que todo había sido fruto de tu imaginación? Pues Andy sufrió lo contrario cuando despertó a la mañ...

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━━━━¿SABES LA SENSACIÓN DE ALIVIO que te entra en el cuerpo cuando has tenido una horrible pesadilla y despiertas agitado en tu cama para descubrir que todo había sido fruto de tu imaginación? Pues Andy sufrió lo contrario cuando despertó a la mañana siguiente.

En cuanto abrió los ojos y se vio allí metida, formó un puchero y lloriqueó en voz baja sin soltar lágrimas, lamentándose de que aquella situación no hubiera sido una de esas pesadillas, lamentándose de que no hubiera despertado en su mullida cama suspirando aliviada porque todo hubiera sido una pesadilla.

Le dolía la espalda horrores y se levantó del suelo metálico y frío de la sala sintiendo que tiritaba. De alguna manera había acabado tumbada y a su lado no estaba Eddie abrazándole. Ni siquiera estaba cerca de ella en ese momento.

Se incorporó con ojos somnolientos y miró toda la sala analizando el lugar.

A unos metros de ella, Erica agarraba el tubo de líquido verde que sacó Steve la noche anterior de la caja con curiosidad. Apoyada en la estantería, Dixie miraba el interior de una caja, y Robin trataba de descifrar todos los botones del panel, intentando en vano abrir la puerta.

—Buenos días, bella durmiente —le dijo Robin desde el panel, contemplando cómo la pequeña de los Harrington rascaba su cabeza bostezando.

—¿Dónde están los demás? —preguntó frunciendo el ceño.

Su pregunta fue respondida cuando sintió pasos por encima de ellas, en el techo, y gritos de voces masculinas que discutían igual que niños. Asintió comprendiendo dónde estaban sin que ninguna de ellas tuviera que explicarlo.

Se escuchaba cómo Eddie y Dustin decían algo y hacían enfadar a Steve, pero desde abajo no se podía entender con tanta claridad. Segundos después, comenzaron a ver cómo por la pared salpicaban dos chorros de pis. Estaban meando.

—¿Podríais desviar el chorro, por favor? —gritó Dixie con asco.

Eddie y Steve se movieron hacia la izquierda y el chorro fue haciendo una línea por la pared con el movimiento. Todas arrugaron la nariz asqueadas.

Fueron sorprendidas cuando escucharon un cristal chocar contra metal una y otra vez. Se giraron hacia el sonido, que resultó ser Erica dándole golpes al tubo de líquido verde sin pausa. Andy abrió mucho los ojos y corrió en dirección a ella.

—¡Eh, eh! ¡Cuidado!

Le arrebató el tubo de cristal y la niña demoníaca la miró con ojos que podrían haberla sepultado bajo tierra si pudiera matar con ellos.

𝐂𝐀𝐑𝐄𝐋𝐄𝐒𝐒 𝐖𝐇𝐈𝐒𝐏𝐄𝐑, eddie munsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora