017━━the battle of starcourt

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017━━the battle of starcourt

━━━━¡AZOTA ESTO, PEDAZO DE GILIPOLLAS! —había gritado Lucas desde arriba, y después tiró fuegos artificiales con precisión directos a la boca del Azotamentes

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━━━━¡AZOTA ESTO, PEDAZO DE GILIPOLLAS! —había gritado Lucas desde arriba, y después tiró fuegos artificiales con precisión directos a la boca del Azotamentes.

El Azotamentes chilló mientras los fuegos explotaban en el interior de sus fauces, comenzó a sacudirse de un lado a otro, desesperado y pillado por sorpresa.

Más fuegos eran tirados por todo el grupo que estaba arriba cayeron por distintas zonas del cuerpo de la criatura, que caminó hacia atrás, completamente cegado por las luces y el dolor. Acabó chocándose con una columna, la cual quebró, y después echó su cabeza hacia atrás rugiendo fieramente.

Andy no daba crédito a lo que veía. Mientras Billy se retorcía de dolor sintiendo lo mismo que aquel enorme monstruo, Andy y Once veían, con ojos llenos de lágrimas pero sin sollozar, aquella lluvia de explosiones de diferentes colores. Al Azotamentes llegaban fuegos amarillos, verdes, rojos, naranjas... era una explosión colorida que estaba consiguiendo distraer tanto a Billy como al Azotamentes.

Jonathan y Nancy tiraban fuegos cuyas cuerdas iban quemándose hasta explotar directamente sobre la masa viscosa de la criatura. Junto a Lucas y Will se encontraba Eddie, que jamás se había sentido más determinado en su vida. Andy seguía viva, y eso era suficiente aliciente para gastar toda la energía que tenía (y la que no tenía) en matar a esa cosa.

Steve y Robin también tiraban fuegos desde otra zona de la planta de arriba, acorralando todos al Azotamentes desde puntos distintos.

En el centro comercial ahora todo lo que se veían eran fuegos multicolores, los cuales estaban empezando a incendiar el suelo y todo lo que fuera rápidamente inflamable.

—¡Eh, capullo! ¡Estoy aquí! —lo llamó Steve. El Azotamentes se giró en esa dirección a pesar de la distracción y lo difícil que era distinguir algo entre todos esos colores.

Steve lanzó unos fuegos que explotaron en la cara del monstruo. Este tuvo que agacharse sin poder esquivarlo, y entonces bramó con más fuerza, desesperado.

Will lanzó otro más.

Billy se retorció en su sitio, tocando su pierna y gruñendo por el dolor que recorría todo su cuerpo conectado con el de la bestia. Cada golpe por parte de todos era otro directo a Billy. Andy lo contempló con preocupación, pero no podía hacer nada para ayudarlo en esa situación.

Los aullidos tanto de la criatura como de Billy aumentaron conforme los demás continuaron con el lanzamiento de los fuegos. Cada vez era más difícil distinguir cualquier cosa que no fueran fuegos y la masa del Azotamentes para los que estaban en la planta de abajo.

𝐂𝐀𝐑𝐄𝐋𝐄𝐒𝐒 𝐖𝐇𝐈𝐒𝐏𝐄𝐑, eddie munsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora