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⌞𝓛𝓮𝓿𝓲⌝
Agarré el pañuelo que acababa de mojar en agua fría y lo puse encima de mi frente. Me dolía la cabeza. Preparar a los soldados para construir cualquier mierda es más difícil que enseñarles a matar titanes. Cuando pensé que no podrían ser más idiotas se superaron. Gruñí cuando escuché la puerta abrirse.
—Disculpe, me dijeron que no estaba...
—¿Y decides entrar sabiendo eso?—Me rehúse a abrir los ojos.
—Solo dejaré los papeles en su escritorio y me iré. —Escuché los papeles caer al suelo. Su estupidez me molestó más.
—Qué torpe eres—dije dejando el pañuelo en el tazón con agua y me acerqué a la mujer—. Ah, eres tú. No me sorprende.
—¿Se encuentra bien?—Hitch terminó de acomodar los papeles y los dejó en el escritorio.
—Sí. Solo lárgate. —Volví a mi asiento y vi que los papeles eran para aprobar construcciones—. ¿Qué esperas?
—Es que hoy tendré que acompañarlo. Sé que le comentaron que un representante de la policía militar estaría con usted...
—Bien. Espera afuera.
En cuanto salió, sequé mi cabeza con una toalla y acomodé el pañuelo en mi cuello. Sentí mi nombre bordado. Me preguntó dónde estará y con quién. Últimamente, no dejo de leer para comprender por qué aún no regresa. Busco en los libros que había en su oficina pero no encuentro nada, solo la misma carta.
—¿Levi?
—Mierda, ya voy. —Salí y fui seguido por ese estorbo—. Tenemos un día largo, pero primero espero odies esos zapatos.
—¿Por qué?
—Porque iremos hasta la playa.
Existía dos transportes en mi vida antes de que apareciera la señora Hizuru. Caballo y equipo tridimensional. Ah, también las carrozas. Ahora estamos construyendo un transporte llamado tren que supuestamente nos arreglará la vida.
Después de limpiar por completo las zonas, no solo descubrimos cómo ingresaban los titanes, sino que también aumentó nuestra población con lo que llamamos prisioneros de guerra. Al principio eran solo eso, ahora son unos trabajadores más. Bueno, no son "unos", tenemos muchos más.
Recorríamos el lugar con los caballos mientras revisaba los avances. Hitch parloteaba y anotaba lo que sucedía. No sé cómo voy a soportar su presencia. Pensé en la carta de Shadia y que ha pasado un año y medio desde que se fue.
La extraño.
Me detuve al ver a Hange reunida con los niños y lo que quedaba del escuadrón de Shadia. Avancé sin avisar a Hitch, esperando que se entretenga con lo que tenía que anotar de la construcción.
