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Había más en la vida que combinar hierbas y alabar a dioses que no conocemos para obtener la salud que tanto desean. Había más que confiar en las cartas y sus predicciones. No me malinterpreten. Creo en la brujería y en lo que las cartas me dicen, pero hay algo más en lo que creo que es más fuerte.
La ciencia.
—¿Qué dicen las cartas?—pregunté viendo como movía las cartas con delicadeza para ver su contenido. La bruja lo hacía con paciencia y sin mirarme. Se detuvo en la del medio. Automáticamente, su mirada chocó con la mía, la cual envió una señal de alerta en todo mi cuerpo—Oh, entiendo.
—No me dices todo—dijo la mujer apuntando el as de espadas. Pasé saliva sonoramente. Sé algo sobre el significado de las cartas. Esa me para saliendo, parece estar enamorada de mí—. Peligro. —Sacó otra carta, más espadas—. Peligro.
Peligro. Peligro. Peligro.
Vivir en una pueblo donde la brujería es más relevante que la ciencia es complicado. No es mal visto interesarte en la ciencia. Los dos me han permitido tener más conocimientos. Sin embargo, si las cartas me dicen huye, lo hago.
Dirán, ¿por unas simples cartas?
Es que no les he dicho todo. El más grande problema es que no puedo seguir viviendo aquí. No cuando mi madre me ve como una amenaza y quiere matarme. Acaricié al caballo que me acompañó en toda mi caminata hasta el siguiente reino. Este no es tan malo que del que estoy escapando, pero sé que Ravenna no entrará aquí, porque el rey Fritz es más fuerte que ella.
Mientras una cree en la magia, otro la controla.
O así quiero llamar al poder que adquirió hace algunos años, exactamente 20 años. El pacto que hicieron con el demonio de la tierra comienza con el rey Fritz, quien lidera uno de los tres reinos más grandes, mientras conquistaba un pueblo más, encontró a una niña que mandó a matar por, supuestamente, liberar unos cerdos.
Ymir, mientras escapaba, no se sabe cómo adquirió un gran poder que es convertirse en un gran monstruo llamado titán. Durante todos estos años, Ymir ha servido al rey Fritz, quien la necesita para vencer al reino de Ravenna y los marlenianos.
Gracias a sus conocimientos de virus, Ravenna ha sobrevivido. Conocimientos que están en mi cabeza y se arrepentirá de dejarme ir.
—Identifícate—dijo un soldado deteniéndome. Reconocí su armadura. Era un soldado simple.
—Shadia Ravenna, señor, vengo para participar...—No permitió que termine. Golpeó fuertemente mi rostro tirándome al suelo. Escupí un poco de sangre. Luchar nunca fue mi fuerte.
—Una fugitiva del reino Ravenna. Te podría matar ahora—musitó el hombre agachándose a mi altura. Su espada rozó con mi yugular.
—¿Qué crees que haces?—preguntó una voz atrás de mí.
