┇Pᴀʀᴀᴅɪsᴜᴍ 12 ◦ Mᴀᴍᴀ́ ᴅᴇʟ ᴀɴ̃ᴏ┇

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Soy consciente de todo lo que he pasado en mi vida

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Soy consciente de todo lo que he pasado en mi vida. He vivido el terror y he sido el terror de alguien. He sufrido tanto y tantas veces que no puedo pensar en todas ellas sin agobiarme, pero esta vez es diferente. Jamás en toda mi existencia había sentido tanta angustia, terror, preocupación, miedo, todos los sentimientos negativos que pueden existir.

No me importaba seguir viviendo de esta forma. Amo a cada uno de mis hijos, a todos por igual, pero no podría vivir sin uno de ellos.

Mi mano apretó mi pecho con fuerza intentando detener los latidos acelerados que movían mi corazón por toda mi caja torácica. Quería encontrarle algo de sentido a lo que estaba sucediendo porque esto parecía un sueño. No. Esto era una pesadilla e intenté pellizcar la piel de mi brazo en un intento inútil de despertarme.

Mi pecho se cerraba y caí de rodillas sobre la sangre que estaba esparcida en el suelo. La pijama blanca que cubría mi cuerpo se teñía del rojo que tanto odiaba. Sé que me movían intentando conectar con las pocas neuronas que aún funcionaban en mi cerebro, pero simplemente no podía. Solo podía dedicarme a pensar en donde estaba mi hijo, con quién estaba, si estaba sufriendo.

¿Quién sería tan malvado para arrebatar un niño tan pequeño de su madre?

Apenas es un bebé que no sabe de la vida. Yo lo cree desde cero, lo planee, lo llevé conmigo nueve meses y ahora no está a mi lado. Es tan desesperante saber que no lo abracé lo suficiente, no le dije que lo amaba lo suficiente, no le dije lo mucho que valía... ¿Y si no lo vuelvo a ver para hacerlo de nuevo? Para hablarle, para amarlo.

No. Simplemente no puedo.

Prefiero morir.

—¿Dónde están Kore y Sunna?—pregunté cuando por fin mis oídos percibieron las voces que me rodeaban.

—Conmigo—dijo Sasha desde el cuarto de uno de los pequeños. Me di cuenta de que estaba en el pasillo a pocos metros de Ana—. No saldrán.

—Déjame. Estoy bien—susurraba la rubia intentando pararse. Armin hacía presión sobre la herida de bala.

—Tienes dos orificios. Uno en la fosa iliaca izquierda y otra en el brazo—dije parándome—. No dejas de sangrar y con suerte solo te extirparán el apéndice, pero no estás bien. ¿Quiénes eran?

—No sé. Eran hombres, altos y fuerte. Intenté defenderme, golpee a uno en el rostro y no sé más—dijo Ana, en sus ojos veía el arrepentimiento. Me acerqué a Levi y lo llevé a nuestro cuarto.

—Levi, si no encuentro a mi hijo, prefiero morir—susurré pestañeando muchas veces, así intentaba no llorar—; pero sé que si no intentó nada, también querré morir. Necesito que me apoyes. Quiero a mi hijo, lo quiero, porque sino...yo...yo puedo...

—No le pasará nada—dijo Levi abrazándome. Tomó mi rostro entre sus manos. No quería nada de él que no tenga que ver con mis hijos—. Iré con la policía militar.

Dɪsʀᴜᴘᴛɪᴠᴇ Cʜᴀɪɴs ✥ Lᴇᴠɪ AᴄᴋᴇʀᴍᴀɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora