┇Pᴀʀᴀᴅɪsᴜᴍ 15 ◦ Oᴘᴏʀᴛᴜɴɪᴅᴀᴅ Pᴇʀғᴇᴄᴛᴀ┇

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Moví la mano de un lado a otro, de esa forma me despedí de mis hijos, quienes entraban a la guardería

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Moví la mano de un lado a otro, de esa forma me despedí de mis hijos, quienes entraban a la guardería. Di media vuelta para iniciar mi turno en el hospital. Ayer no había dormido nada, así que elegí pasar por la sala de descanso para tener una pequeña siesta. La mejor decisión.

Sentí mi cuerpo paralizarse al escuchar a varios niños gritar, incluido a mis hijos. Ordené a mis pies moverse, pero no podía. Mis hijos salieron de la guardería llorando y agarrados por un par de hombres.

No podía protegerlos. ¿Qué estaba pasando?

Alguien me agarró del cabello y sentí el filo de un cuchillo rozar por mi garganta. Intenté detener el sangrado, pero era inevitable. Mi sangre llenaba un balde de metal frente a mí.

¡Moría y no podía proteger a mis hijos!

—Shadia—dijo Levi moviéndome suavemente. Me senté de golpe y toqué mi garganta.

Observé el lugar. Estaba en mi cuarto, de noche y agitada. Fue una pesadilla. Solo fue eso. Me calmé lentamente con la ayuda de Levi. Todo estaba bien. Estaba viva y mis hijos dormían plácidamente en sus cuartos, de lo contrario, Kobales me hubiera alertado. ¿Se acuerdan del perro Kobales, no? ¿Les mencioné su raza? No, diablos, soy tan despistada. Es una raza muy linda y protectora, juguetona también, pitbull creo que era. En fin, nos ayuda a cuidar a los niños. Lo hemos entrenado para eso después de lo que pasó.

—¿Qué soñaste?—preguntó Levi, menee la cabeza— Fue una pesadilla.

—Si ya sabes, ¿para qué preguntas?—Intenté levantarme, pero Levi me detuvo.

—Ven, un rato.

—No voy a lavarme la cara, solo quiero ver a los niños, tampoco tomaré las pastillas ni...

Me callé al sentir los brazos de Levi obligarme a recostarme en la cama, cerca de su cuerpo, tan cerca que podía escuchar su corazón latiendo con fuerza. Estaba preocupado por mí.

—Solo debes quedarte callada y calmarte. Los niños están bien. Durmiendo como hace una hora cuando fuiste a verlos. —Asentí—. Eryx duerme también, sino, nos hubiera despertado.

Decidimos tener la cuna de Eryx en nuestro cuarto hasta que cumpla un año. Quizá ese será el tiempo suficiente para poder llevarlo a su cuarto sin sentir que alguien se lo llevará mientras me dé la vuelta.

Hoy se cumple dos meses y medio del secuestro de Eryx, del cual nadie se enteró, excepto los que nos ayudaron ese día. No hubo papeleo, ningún periódico tuvo la premisa y nadie me atiborró de preguntas. Sin embargo, me seguía ahogando con los recuerdos de ese fatídico día.

—Me estoy ahogando en un vaso de agua—susurré mirando por la ventana. La luz de la Luna nos iluminaba.

El que te estés ahogando en un vaso de agua no quita el hecho de que te estés ahogando.

Dɪsʀᴜᴘᴛɪᴠᴇ Cʜᴀɪɴs ✥ Lᴇᴠɪ AᴄᴋᴇʀᴍᴀɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora