┇Pᴀʀᴀᴅɪsᴜᴍ 7 ◦ ᴊᴀᴍᴀ́s┇

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Me había acostumbrado a tener a Lars siguiéndome a todos lados

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Me había acostumbrado a tener a Lars siguiéndome a todos lados. Era extraño no sentirlo cerca. En este momento, me estaba acompañando hacia el cuartel. Pasó exactamente una semana desde que volví a ser llamada capitana Veenstra y se sentía genial.

Odiaba la hipocresía en Marley. "Ser admirada" por todos es solo una farsa. En cuanto ya no eres útil, te desechan, es así se simple. En cambio, aquí, de alguna forma, el odio que me demuestran algunos vuelve mi vida más real.

—Es bueno que verme te mantuvo en práctica—dije recibiendo la bolsa de galletas que pedí y pagué. Salimos de la tienda con mi boca llena.

—Ver no es igual que practicar y no lo hago hace años, la misma edad de esos engendros que tienes. —Alcé las cejas sorprendida y me detuve.

—¿Desde cuando llamas engendros a mis hijos preciosos?—Lars soltó una risa sonora.

—Desde que deje de ser tu esclavo, ángel—dijo el pelinegro con un tono cómico y de burla. Su expresión cambió de repente—. Creo que seré tu esclavo una vez más.

—¿Por qué?—Voltee para ver qué es lo que le preocupaba.

Agua, que felizmente estaba helada, mojó gran parte de mi cuerpo. Abrí los ojos y di mi sonrisa falsa antes de explotar. La reforcé mucho durante mi tiempo en Marley. Era un grupo de personas que no reconocía.

—Vámonos—susurró Lars jalándome hacia él.

—No, no, no, no—dije sin parar de sonreír—. A ver, escucharé a esta hermosa multitud para que diga por qué diablos decidieron refrescarme en este caluroso día.

—¡Váyase!

—¡Estábamos bien sin usted!

—¡Seguimos vivos!

Los gritos se volvían más fuertes. Recordé que estaba embarazada y si esto se ponía peor, mi bebé estaría en peligro. Es muy importante entender las miradas, así que le dediqué una a Lars que decía: "sácame de aquí antes de que haga algo que pueda matarme".

La situación empeoró cuando empezaron los golpes. Lars no iba a poder contra todos solo. Este era el momento de apoyar.

No, Shadia.

Me quede atrás cuando vi a una chica de unos veinte años aparecer intentando calmar al grupo con palabras. Qué tierna. Debe ser funcionaria o algo así. Comenzaba a dolerme la cabeza. Empezamos mal el día.

—Señorita, hay que irnos mientras tenemos tiempo—dijo la joven tratando de alejarme.

—Lars, olvídalo—dije con un largo suspiro acompañándome—. ¡Viviré hasta los noventa años para su gusto, señores!

Subí a un carro, acompañada de Lars y decidí llevar a la joven por miedo a que le hagan daño. No se ve como alguien que sabe defenderse. Me relajé en el carro y pedí que nos lleven al cuartel. Esto de los carruajes que van por la calle es lo mejor que pudieron hacer aquí.

Dɪsʀᴜᴘᴛɪᴠᴇ Cʜᴀɪɴs ✥ Lᴇᴠɪ AᴄᴋᴇʀᴍᴀɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora