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Despertar en casa siempre fue una aventura cuando era niña. Jugaba con mi tía Arabella. Me consentían mis demás tíos. Mi mamá preparaba la comida y papá me enseñaba algo nuevo. Todos los días eran diferentes y emocionantes. Sin embargo, cuando mis tíos se fueron, todo cambió. Solo éramos papá, mamá y yo. No pregunté más por mi familia porque a papá le afectaba. Seguía siendo feliz porque tenía a mis padres hasta que no estuvieron más en este mundo.
Entonces, los días eran tristes. No esperaba tener una aventura en la que me divierta, casi siempre era vivir o morir. Pensé que los días llenos de aventuras felices en los que me despierte con una sonrisa o feliz, al menos.
Hasta que todo cambió.
Cuando Levi y yo retomamos nuestra relación. Esos días volvieron. Me despertaba feliz a su lado, a veces con un beso o su nariz, produciendo cosquillas en mi cuello. Por ejemplo, hoy desperté antes que él. Lo tenía abrazado a mi torso con sus labios rozando la piel expuesta de mi pecho.
Acaricié su cabello hasta que lentos suspiros saliendo de él me provocaron escalofríos. Canté su canción favorita para que despierte. Alzó su cabeza, con un tono somnoliento y un "buenos días" me enamoró un poco más.
—Los niños están despiertos—dije sonriendo.
—No es cierto.
—¡Mamá!—gritó Kore tocando la puerta— ¿Ya vamos al cuartel?
—Te lo dije—susurré.
Ellos estaban emocionados de ir al cuartel porque querían ver a Hange y los demás. Ahí, Ana y Michael los recogerían para llevárselos a Mitras. Me dolerá separarme de mis niños.
Hoy me tomé el tiempo de prepararles buenos cambios de ropa. Estar en Mitras es tener que hablar con gente de la nobleza, no quiero que traten menos a mis hijos por su vestimenta. Arreglé el cabello de Kore cuando estuvimos en la oficina de Levi, quien le había hecho un peinado aceptable. Ella lo pidió así que no pienso cambiarle el peinado.
—Mami, ¿por cuánto tiempo nos quedaremos con los tíos?—preguntó Kore.
—No sé, un par de semanas. —Dejé a Eryx en su coche, bien amarrado para que no se caiga—. Espero que no sea mucho.
—Igual iremos a visitarlos—dijo Levi besando la frente de Kore.
—Los voy a extrañar—susurró Sunna con un puchero.
—Yo también—dije con una mueca. Alguien tocó la puerta. Seguro es Ana—. Pase.
—¡Todo está listo!—dijo Sasha aplaudiendo, vi a los chicos detrás de ella.
—¿A qué te refieres, chica papa?—preguntó Levi.
—Ayer quedamos en hacer esa ceremonia de padrinos—dijo Connie.
—¿Con quién? ¿Con el perro?
—Podré ser tonto en algunas cosas, pero recuerdo muy bien que quedamos en eso, teniente.
