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Junté los libros para guardarlos en su lugar. Más tarde me toca reportarle a Hange mis avances con los chicos. Si bien toda la legión recibe entrenamiento de primeros auxilios, ellos saben casi lo mismo que un enfermero solo que sin la experiencia. La batalla lo comprobará.
Recibí el borrador de Dánae y comencé a borrar todo lo que escribí en la pizarra. Se ofreció a ayudarme al ver que estaba tan apurada por irme. Tengo una reunión en EIRA con los directores de los hospitales de todo Paradis y no puedo llegar tarde.
—¿Cómo te va con Hange?—pregunté para cortar el silencio.
—Perfecto. Adoro estar con ella—respondió con una sonrisa genuina—. Pensé que sería un buen reemplazo para Pavlov, pero es tan diferente. En verdad me enamoré y estoy segura de que ella también.
—Lo he notado. Se ven muy felices juntas. —Agarré mi bolso—. ¿Qué harán cuando la guerra termine?
—Le propuse tomarnos unas vacaciones, alejadas del trabajo y todo lo que implica. —Apoyó la cabeza en su mano—. Aceptó, así que veremos a donde nos vamos.
—Interesante. Es un buen plan.
—Veo un futuro a su lado, ¿sabes?—Acomodó su cabello y meneó la cabeza, parece que recordó lo fría que es— En fin, no te quito más tiempo con esto. Ve a tu reunión.
He de admitir que estos días han sido muy tranquilos tanto para mí como para los demás. Sé que hay problemas dentro y fuera de las murallas, pero los que hay aquí son más manejables que los otros. Me preocupaba más cómo íbamos a solucionarlos.
Sacudí mi cabeza. Estoy pensando de nuevo en eso. Cada que lo hacía repetía las palabras de Levi en mi mente hasta olvidarlo solo que esta vez era distinto. En este momento estoy rodeada de médicos que luchan por perdurar la vida.
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—Listo, girasol, nosotros seremos tus testigos—dijo mi papá sentándose al lado de sus demás compañeros doctores. A pesar de mi edad, ellos me aceptaban por mis conocimientos.
—Juró ante ustedes—dije mostrando la palma de mi mano derecha y con la otra en mi corazón—velar con el máximo respeto por la vida humana desde su comienzo, aun bajo amenaza, y no emplear mis conocimientos médicos para contravenir las leyes humanas. Solemne y libremente, bajo mi palabra de honor, juro cumplir lo antedicho.
Todos aplaudieron con fuerza. Por fin estaba lista para ser como papá, una doctora ejemplar.
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Hicimos el mismo juramento con la diferencia de que fallé más veces que ellos. Incluso use mis conocimientos para matarlos con más rapidez. Algún día papá me podrá perdonar lo que hice, pero ¿yo podré hacerlo?
Con Levi es distinto, su linaje fue creado para matar. Es probable que desde pequeño supo que ese era su destino: ser un asesino. Sus mismas habilidades lo demuestran. ¿Qué me hace diferente? ¿Cómo adquirí parte de ese "talento" para matar? ¿Fue culpa de mi mamá? No, ella me enseñó a defenderme para evitar que los enemigos de mi familia me hagan daño.
