¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Mi paciencia se estaba acabando. Dejé la ropa en su lugar y salí del cuarto para enfrentar al siguiente demonio, quien tampoco quería cambiarse. No podía dejarlos así en pijama, menos en un día de escuela.
—¡Suficiente!—grité, salí al pasillo— Salgan los dos ahora.
—¿Qué pasa?—preguntó Levi subiendo las escaleras.
—Les di toda la noche para que piensen sobre lo que hicieron y terminen con este berrinche. —Kore y Sunna salieron—. Papá y mamá tienen que trabajar para que ustedes estén bien.
—En Marley, tú estabas más tiempo con nosotros—dijo Sunna con el ceño fruncido. Es tan jodido como su padre.
—Tu papá es teniente de la Legión de Reconocimiento. Tu mamá es directora de EIRA, directora de un hospital, dueña de muchos negocios y apenas me doy abasto.
—Papá tiene más tiempo que tú—dijo Kore apoyada en puerta—y no nos visita.
—Claro que lo hace. Ambos estamos muy ocupados y nuestros trabajos son de vida o muerte. —Los dos se veían un poco tristes y conmocionados por las últimas palabras, me arrodillé—. Vengan aquí.
—Niños, hagan caso a su madre—dijo Levi acercándose. Los niños arrastraron sus pies hasta llegar a mi posición.
—Este viaje es importante porque de ello dependerá que ustedes estén bien—dije con cierto pesar en mi voz. No quería decirles demasiado—. Hay personas malas que nos quieren hacer daño.
—¿Solo a nosotros?—preguntó Kore.
—A todos—respondió Levi—. Es nuestro deber protegerlos a todos.
—No quiero que mueran—susurró Sunna a punto de llorar.
—No pasará—dije sonriendo—. Los dos volveremos muy rápido para seguir juntos, pero necesito su apoyo. Si ustedes siguen molestos con nosotros, no podré irme tranquila.
—Tengo miedo, mami—susurró Kore—. No quiero que mueran como el papá de Jason.
Parpadee varias veces para evitar llorar. Alcé la vista para pedir ayuda a Levi. Sabía que si hablaba terminaría llorando. Había una gran posibilidad de no volver, ellos tenían motivos para temer.
—Volveremos—dijo Levi colocando una mano en cada niño para transmitirles fuerza.
—Promételo—pidió Sunna.
—Como el caballero del cuento—dijo Kore frotando sus pequeños ojos.
—Lo juro—dijo Levi arrodillándose—. Juro volver con ustedes.
—También lo juro—dije, abrí mis brazos—. Vengan con mamá.
Los dos pequeños me pidieron perdón por su pésimo comportamiento. ¿Pensaron que eran perfectos? No, hacen berrinches como cualquier otro niño. Kore, en especial, hace un berrinche cada vez que sale con su papá para que la consienta. Es una hija de papi y él la consiente demasiado. Sunna por su lado, adora obtener mi atención absoluta y se molesta cuando no se la doy. Pequeñas cosas que debemos corregir, pero son niños, es normal que sean insoportables a veces.