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Pasé mi mano reiteradas veces por su hombro izquierdo mientras movía su mano derecha en fuertes trazos. Coloreaba lo que parecía ser Kobales, el cachorro que adoptamos hace unos tres meses. Deposité un beso en su coronilla para demostrarle mi amor y elogie su trabajo. Para mí es la mejor obra de arte de la historia.
—Buenos días, Kore, Shadia.
—¡Tío Rick!—dijo entusiasmada mi hija. Todo lo contrario a mí, que estaba con la misma expresión desde hace un mes y medio cuando llegué de mi último viaje.
—Buenas noticias. —Su falsedad era tan notoria, pero para mi hija no—. Te voy a dar de alta. Los últimos resultados salieron bien, así que te puedes ir.
—Gracias, ¿dónde firmo?—dije acercándome a Dedrick, me entregó unos papeles que leí con rapidez y se los devolví firmados—Nos iremos ahora.
—Por fin. Extraño jugar con Sunna—dijo Kore dejando su cuaderno de dibujo de lado—. ¿Me ayudas, mami?
—Sí, cariño—dije acercándome a ella para ayudarla a bajar.
—Jared está aquí. Trajo ropa de cambio para Kore. Me retiro—dijo Dedrick saliendo apenas terminó de hablar.
Recibí la ropa y volví a estar a solas con mi hija. Analicé mi situación. Debía volver a mis deberes como reina. Los protocolos me pedían estar al lado de Jared. La emoción en mí era tanta como el cabello castaño, o sea, nula. Esto volvería a alejarme de mis hijos gran parte del día y su educación estaría a cargo de Lore, quien es la que está más desocupada.
¿Podemos hablar de cosas buenas? Escucharte me deprime y no tengo más dinero para pagar un psicólogo.
El lado bueno es que tendré algo de tiempo para seguir apoyando la investigación de Arabella. Eso es todo. Alégrate por eso.
Terminé de cambiar a Kore y salimos de la triste habitación para regresar a casa. Jared me acompañó durante todo el camino. El reencuentro entre Kore y Sunna fue maravilloso. Se abrazaron y se pusieron al día en todo lo que sucedió en sus pequeñas vidas.
Decidí que tomar un buen vaso de vodka calmaría mi ansiedad. Así que me serví un poco. Escuché los pasos de Jared acercarse.
—Lo siento por no poder ir al viaje. Se presentó una urgencia—dijo sirviéndose un poco de whisky. Ahora estoy dudando si es mejor tomar whisky y vodka al mismo tiempo o solo vodka o solo whisky.
No combinemos licores. Es mala decisión.
—¿Esperaste a que mi hija fuera dada de alta para decirlo?—pregunté dejando que el vaso y mis labios se tocaran, pero sin tomar el contenido. Jared asintió. La culpa brillaba en cada pupila. No me importaban sus sentimientos. Suficiente con los míos— Sin remordimientos.
—Eso es bueno. Tengo otro tema que tratar. —Ahora sí necesito el contenido. Lo tomé en dos sorbos—. Me piden descendientes míos. La línea de sucesión no incluye a tus hijos, aunque eso está a discusión la verdad; pero igual necesitan que tengamos hijos.
