¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
⌞𝓢𝓱𝓪𝓭𝓲𝓪⌝
La cara me dolía por sonreír a cada rato. Muchos me felicitaban por mi cumpleaños y cada vez que lo hacían, tenía que fingir una sonrisa. Era tan estresante. En cuestión de horas, mi oficina estaba llena de regalos y flores. Cerré la puerta antes de que mi boca se cayera por su uso continuo.
Agarré los exámenes que tomé ayer para irme al cuartel. Al menos almorcé con tranquilidad. La siguiente parada sería tan sofocante como esta. Alguien abrió la puerta sin tocar. Que irrespetuoso.
—Vuelva mañana, por favor, estoy por irme—dije concentrada en lo mío. Tomé mi bolso y la carpeta.
—Solo vine a desear un feliz cumpleaños. Deberías ser más amable, sobrina. Mi hermano te crio mejor. —Reconocí la voz de inmediato. Voltee y reconocí lo inteligente que fue para llegar hasta aquí sin ser detenida—. Hace tiempo no nos vemos.
—Ojalá hubiera sido más. ¿Qué quieres?
—Saludarte. Es tu cumpleaños. —Caminó unos pocos pasos. Dejé mis cosas en el escritorio para tener las manos libres por si lo necesitaba.
—Vete de Paradis.
—Casi me rindo cuando cambiaste las cerraduras de tu puerta. Es bueno tener una excelente memoria. Por suerte, hay otras formas de salir que tú no conoces. —Su sonrisa me daba escalofríos—. Cuéntame, ¿cómo te ha ido en Paradis?
Me enfrenté a ella, sostuve primero sus manos para que no sacara nada de su ropa. Con mi mano libre la acorralé contra la pared y la amenacé con una navaja que escondía en mi chaqueta.
—Última vez que lo digo, vete. —Arabella tenía la mandíbula tensada. Ninguna de las dos parecía ceder—. No quiero que mis hijos te vean.
—¿Tuviste a tu hijo? Quisiera conocerlo. —Ella intentó golpearme con su pie, pero fui más rápida. Choqué su cabeza contra la mía causando que cayera al suelo. Me alejé un poco—. Eres tan agresiva como tu madre.
—Te sacaré a patadas de aquí para que la recuerdes más.
—Solo quería pedirte que regreses. Ya entendí que contigo no se puede razonar. —Frotó su cabeza. Debía dolerle ese golpe. Algo brillo en su mano, reconocí que era un anillo de compromiso.
—No puede ser. ¿Te vas a volver a casar?—Arabella observó su anillo y, luego, a mí.
—Sí. Creo que esta vez sí tuve suerte. Es guapo y rico. Un buen partido. —Mordió lentamente sus labios—. En fin, lo intenté. Hubieras sido una mejor doctora. Si tan solo tuvieras más tiempo.
—Lárgate. —Se levantó con las pocas fuerzas que tenía—. ¡Ahora, maldita sea!
Hizo una pequeña reverencia antes de irse. Si me iba a reunir con Zackly mañana, debía ser sincera sobre lo que pasó en Marley. Le diré todo a él y a Historia. No podemos perder más tiempo.
