56. Sinonimia.

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Pánico, pavor, temor, terror, miedo de perderlo

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Pánico, pavor, temor, terror, miedo de perderlo

La situación en casa se ha regularizado. Sunhi y Dahae parecen ser las mismas del último año apenas transcurrido y eso está bien para él, quien finge también ser el mismo. A pesar de que su mente permanece pendiente de Jung Hoseok todo el día.

El mismo Jung Hoseok que ingresa de espaldas a la biblioteca, ya que lleva consigo los dos usuales vasos de café entre ambas manos. Yoongi sonríe apenas lo ve, pero al encontrarse con su rostro, la sonrisa decae por completo.

Sale del mostrador para aventurarse a él, preocupado, siendo evitado. Hoseok agacha la cabeza y murmura que tenga cuidado con sus acciones. El estómago se le retuerce, pero no precisamente por la insinuación de peligro. Toma los dos vasos de las manos de Hoseok y los deja sobre el mostrador.

Silencioso, Hoseok anota su asistencia, sin dirigirle la mirada. Después, camina en dirección al comedor, siendo seguido por él de inmediato con muy poco disimulo.

—¿Qué te sucedió? —inquiere apenas cierra la puerta detrás de él. Se acerca hasta Hoseok para tomarle el rostro, pero es esquivado—. Hoseok...

—Estoy bien. —Continúa sin mirarlo—. Sólo fue un pequeño problema en el trabajo.

—¿Quién te hizo esto?

Su rostro delgado y precioso está magullado y rasguñado. Sobre todo en el pómulo derecho, el cual sobresale aun si intenta ocultarlo bajo la capucha de su sudadera. Su labio inferior está roto y cubierto por un pequeño parche.

—Me asaltaron —musita Hoseok—. Y quise detenerlos. Eran tres tipos. Fui un imbécil, pero ya qué.

Se encoge de hombros.

—¿Intentaste pararlos tú solo?

—Pues sí, ¿no se nota? —Los ojos de Hoseok están enrojecidos tanto dentro como alrededor cuando alza la mirada hacia él—. No me regañes, ¿sí? Estoy agotado. Todo el día he escuchado sobre mi cara. No quiero oírte.

—Lo siento, pero es que...

—Sólo quería hacer algo bien —lo corta. Suspira con resignación y desvía la mirada—. Quise lograr algo y sentirme orgulloso. Siempre dejo todo de lado y permito que se vaya. Sólo quería ser valiente por una vez. —A estas alturas está balbuceando. El pecho de Yoongi se contrae—. Pero todos me tratan como a un idiota en lugar de darme las gracias por intentarlo. Salvé el maldito negocio, dejando que me golpeasen por encender la alarma. La policía llegó a tiempo y lo único que fueron capaces de decirme todos es que fui el mayor imbécil que ha pisado esta tierra por arriesgar mi vida. —Sus ojos inflamados vuelven a encontrarlo—. Mírame, Yoongi, ¿ves algo en mí que no sea mierda?

Joder, responde en su cabeza.

Sus manos toman el rostro de Hoseok con cuidado, acariciando el pómulo que no está del todo lastimado y dejando un pequeño beso en él, agradecido de ser aceptado. Después lo toma por la nuca y se acerca a su cuerpo para aferrarlo en un abrazo cálido y suave. Los sollozos no tardan en chocar contra su hombro. Es así durante unos minutos, bastante ínfimos, pero infinitos para Yoongi debido a la intensidad de la situación.

Formato Libro 📌 yoonseok.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora