📌 : ❝ Jung Hoseok ama la poesía, a los animales y las sustancias que cambian el estado de ánimo. Acostumbrado a despertar entre los brazos de la dinamita, se ve arrinconado a buscar una solución a sus problemas para no perder la beca de estudios qu...
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La capacidad deembellecer las palabras
Jung Hoseok es apasionado, sobre todo cuando se nota en medio de una situación en la que no debería estar. Ser autodestructivo es una de sus mayores habilidades. No está del todo feliz por ello, pero si hay algo con lo que ha aprendido a convivir y utilizar a su favor es precisamente eso.
Los latidos de su corazón aumentan cuando ve a Yoongi acercase al sitio donde lo ha citado. Trae un ramo de flores entre las manos y luce deslumbrante. Sonríe para él. La cercanía de la primavera viene bien.
Es su primer San Valentín juntos y quizás el único.
Porque Jung Hoseok es apasionado y sabe amar a ciegas, pero no es idiota. Por más que finja serlo esta noche.
El saludo habitual contra su mejilla y el abrazo cálido que le acaricia el corazón. Por lejos, Min Yoongi es su persona favorita.
—¿No vas a decir algo como «una flor para otra flor»? —cuestiona con burla recibiendo el ramo de flores que le extiende.
—Eres mejor que cualquier flor, Jung Hoseok.
Bate las pestañas y luego entorna la mirada. Yoongi sonríe divertido.
—Oh, Gigi, con que sí sabes decir cosas cursis.
—Es un día romántico, se supone que debo decir cosas como esas. —Yoongi se acerca, lo toma por la nuca y le besa la sien—. Vamos.
Subir a la motocicleta es usual, pero lo pone nervioso cada vez que sucede. El tiempo que le ha tomado aprender a ir en ella sin querer lanzarse de los nervios. Al menos es la mejor excusa para aferrarse al torso de Yoongi y acomodarse contra su espalda. Lástima que no pueda hacerlo bien esta noche, pues se dedica más proteger su ramo de flores del viento.
Descienden en un terreno algo alejado de Ryeok en sí. Es un lugar rodeado de verde y agua, casi parece un valle. Cruzando el enrejado hay un restaurante. Definitivamente un sitio que Hoseok jamás hubiese alcanzado a visitar por su cuenta, pues también está escondido.
—No debías —musita deslumbrado.
El restaurante es una mezcla de rústico y elegante. Hay madera por todos sitios, pero se combina con el dorado de la decoración, las luces y los colores claros.
Sabe lo que cuestan estos sitios y lo que significa hacer una reserva a tan poco tiempo. Por lo que, por momentos, mientras Yoongi le sonríe durante la cena, piensa en que esto estaba planeado desde antes y no precisamente con él como protagonista.
Las miradas de las personas recaen en su rostro magullado en ocasiones, a pesar de que lo ha maquillado de la mejor forma antes de salir. O quizás en el ramo de flores algo destartalado que se niega a quitar de la mesa. Sabe que su presencia causa incomodidad, pero no lo inquieta en absoluto.
