📌 : ❝ Jung Hoseok ama la poesía, a los animales y las sustancias que cambian el estado de ánimo. Acostumbrado a despertar entre los brazos de la dinamita, se ve arrinconado a buscar una solución a sus problemas para no perder la beca de estudios qu...
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Temer a las cariciasdel corazón
En algún momento, Yoongi leyó que aquello que oculta el otro, ese enigma que significa la persona que tienes en frente, no es una amenaza a tu integridad, es, más bien, una invitación.
Una invitación a salir de ti mismo.
A tomar lo que el otro entrega y quita a tu vida.
A hablar para entender.
A entender para hablar.
Así es como vive desde entonces. Sus relaciones más íntimas se mantuvieron durante un periodo de su vida, porque aprendió demasiado a escuchar del otro y a salir de sí mismo. Pero llevó su tiempo entender que no siempre es algo positivo, porque es una persona que, en sí, no conoce los límites. O hace una cosa o hace la otra. No existe el punto medio.
Eso es lo que entiende hoy. Con Jung Hoseok sentado a su lado en la cama con las piernas cruzadas, apoyado contra el respaldo y una copa de vino blanco en la mano. La otra mano está sobre su muslo, una caricia íntima, pero inocente. Lleva varios segundos en silencio, esperando a una respuesta que él no sabe dar. «¿Qué harás después de hoy?».
Han pasado unas semanas inagotables. Donde ambos fingen que viven junto al otro y son una pareja corriente y establecida. Han olvidado sus responsabilidades. Las llamadas familiares y a sus amistades. La atención a algo que no sean ellos mismos. ¿Y qué decir? Han sido las mejores dos semanas de su vida en muchos años.
Sin embargo, hoy es treinta y uno de diciembre. Y quedan pocas horas para que la felicidad que implicó este cambio acabe.
Entonces, ¿qué hará Yoongi después de hoy?
—Mi esposa llega mañana —contesta finalmente. La mano de Hoseok abandona su muslo. No se atreve a mirarlo, mantiene los ojos en la ventana a su costado—. Supongo que... debo estar en casa para cuando eso suceda.
—Supones —susurra Hoseok, luego suspira.
—Hey. —Gira a verlo, buscando sus ojos—. ¿Podríamos no pensar en eso justo hoy? Es el último día en que estamos realmente solos.
—Tienes razón. —Hoseok vuelve a suspirar y deja la copa de vino sobre la mesita de noche—. Perdón, no quiero arruinar esta noche.
—No pasa nada. Estamos juntos y estamos bien. Es todo.
—Sí, es todo. —Asiente y sonríe—. Es todo y he sido muy feliz estos días, Yoongi. Gracias por acompañarme.
—Ha sido un placer.
Hoseok se levanta y camina hacia un mueble. Regresa con una bolsa pequeña entre los dedos, sonriendo con malicia.
—Creo que deberíamos cerrar estas semanas de rebeldía con buena hierba. —Mueve las cejas de manera sugestiva—. Te lo mereces, Min Yoongi.